La Lotería de Navidad lleva celebrándose en España más de 200 años y a día de hoy, casi toda la información relacionada con este evento es vox populi. Se sabe quién está detrás de la fabricación de las bolas, de los bombos, sus dimensiones, cómo se elige a los niños y niñas de San Ildefonso, cómo se desarrolla el sorteo. Todo. Se sabe con antelación el día que los bombos llegan al Teatro Real —normalmente, una semana antes del sorteo—. ¿Pero dónde están guardados los bombos el resto del año?

Una vez que llegan al Teatro Real, todo es máxima seguridad. Los elementos del sorteo (no sólo los bombos, sino las tolvas, los paraguas, las liras, las bolas...) se colocan en el escenario del Teatro Real, y éste se baja a 16 metros de profundidad, hasta alcanzar la planta -5 del teatro, y desde ahí se empieza a colocar todo. Bueno, casi todo, porque la moqueta —para que las bolas no reboten— es lo último que se coloca.

Desde este jueves, día en el que los bombos han llegado al teatro, hasta el día del sorteo, los bombos y el resto de elementos están custodiados 24 horas al día, no sólo por la seguridad de la propia institución del Teatro Real, sino por un equipo de seguridad privada. Se trata de un estricto protocolo de seguridad, cuando menos, curioso.

Además de estar ubicados en el foso del teatro, dos vigilantes de seguridad armados custodian los bombos las 24 horas del día, según explican desde Altatec Seguridad. Esto, durante los siete días previos al sorteo. Pero volvemos a la misma pregunta: ¿dónde se guardan los bombos del sorteo el resto del año?

Nadie lo sabe. Es el secreto mejor guardado de la Lotería de Navidad. De hecho, esta decisión forma parte del estricto protocolo que permite afirmar, casi con total seguridad, que el sorteo de la Lotería de Navidad es imposible de manipular.