El Gordo de Navidad está al caer. A menos de una semana de la celebración de la Lotería de Navidad los jugadores esperan ansiosos que el bombo saque su número para darles una alegría en forma de premio. Pero si hay alguien que espera el evento con más ilusión todavía —si cabe— que los aficionados son los portadores de buenas noticias: los niños de San Ildefonso.

Los educadores del colegio de San Ildefonso están ultimando los detalles de la actuación de los pequeños para que todo salga perfecto el 22 de diciembre. Uno de ellos, Vicente Miguel Ramos Rodríguez, comenta para laSexta.com que los jóvenes comienzan a notar el nerviosismo. "Ya están empezando a sentir la proximidad de la fecha", asegura Ramos. El educador lleva preparando con ellos el sorteo 24 años de los 32 que ha trabajado en el colegio. "He llegado a organizar sorteos en pesetas", nos dice.

Intentamos que imaginen lo que se van a encontrar para que no sea un shock

Vicente Miguel Ramos

Entre sus labores se encuentra la de gestionar esos nervios. "Les informamos de lo que se van a encontrar allí. Aquí ensayamos en un salón de actos para nosotros, está vacío. En cambio, allí va a haber gente, va a haber público. Intentamos que imaginen lo que se van a encontrar para que no sea un shock". Una tarea para la cual realizan simulacros tratando de ponerles en situación, ya que en el evento se encontrarán con flashes de fotografías y aplausos del público.

Ramos también tiene que decidir qué niños actuarán en el sorteo de Navidad en base a algunos requisitos. Los niños deben haber cumplido ya 8 años, y poseer ciertas condiciones como buena dicción y manejo de los números. ¿Son muy estrictos con los requisitos? "Por debajo de los 8 años no suelen tener la fluidez necesaria para cantar los números, hay un ritmo que tienen que conseguir", explica el educador.

Además, también existen razones físicas. "Aun en el caso de que hubiera niños de 7 años que sí la tuvieran, por lo general son tan pequeños que no llegan a los alambres. Necesitan tener los brazos con un mínimo de extensión para llegar", explica. De hecho, una de las protagonistas de los últimos años,Aya Hammdouch, en su primera gran intervención que enamoró a España "tenía que subirse a la silla para alcanzar los alambres".

El proceso de selección de los participantes en el evento suele comenzar a principio de curso y a mediados de octubre los directores de la actividad ya tienen claro quiénes van a ser aptos para participar en el sorteo. También preparan durante el curso los sorteos de Lotería de jueves y sábados, aunque, como nos explica Ramos, no requieren tanto trabajo como la Lotería de Navidad, al ser eventos de apenas 20 minutos.

El día del evento, el equipo que forman los niños y los educadores tiene sus propias tradiciones. "Intentamos que haya un ambiente distendido", explica Ramos. "Desayunamos en el Teatro Real y tras el sorteo felicitamos a los que sacan el Gordo. Después, a la residencia, a comer".

Ensayos ante posibles imprevistos

Durante los ensayos de la Lotería de Navidad también se ensayan situaciones que puedan poner en un aprieto a los niños. "Si se les cae una bola, el que tiene que recogerla es el niño al que pertenece el bombo del que se ha caído. El otro se tiene que mantener quieto por muchas ganas que tenga de ayudar, solo puede tocar la bola al niño que le corresponda", explica Ramos.

Otro de los problemas más comunes es que los pequeños se traben con un número. "Les decimos que no se preocupen, que paren porque les vamos a esperar. Los compañeros van a esperar a que armes tu número en la cabeza y cantarlo. Intentamos que estén relajados y les aseguramos que nadie les va a abuchear".

Para evitar cualquier sorpresa, durante los simulacros se practica también la aparición de números cortos, como el 00000, o números que acaben en todo ceros, como el 01000. "Ensayamos con esos números para que, si salen, no rompan el ritmo, la dinámica del sorteo", comenta Ramos. Uno de sus trucos es tocarles el hombro durante la práctica de un alambre para que, del número que tengan en la mano, solo canten las unidades.

El año pasado tuvimos que improvisar mucho por el covid, tuvimos gran cantidad de bajas

¿Y para imprevistos difíciles? La pandemia de Covid en los dos años anteriores obligaron a realizar cambios en la plantilla de niños, previamente o en directo. "El año pasado tuvimos que improvisar mucho, porque tuvimos gran cantidad de bajas", recuerda Ramos. Esto obligó a los organizadores a cambiar parejas que ya habían estado ensayando y fueron escogidas porque sus voces sonaban bien juntas. "Escogemos voces que empasten bien una con otra, tuvimos que readaptarlo, y la verdad es que salió bastante bien para la cantidad de cambios que hubo que hacer".

Otra anécdota la protagoniza uno de los pequeños que estuvo preparándose para las dos últimas ediciones, pero tuvo la mala suerte de perdérselas por culpa de la infección. "Lo hace bastante bien, este año está listo para el sorteo".

Otras veces, los nervios juegan malas pasadas a los jóvenes protagonistas. "Lo más difícil de gestionar fue el año que una chica que había empezado a cantar, pero se emocionó y tuvimos que sustituirla en mitad de un alambre. Tenemos preparados reservas para cambiar inmediatamente", asegura el educador de San Ildefonso.

Retornos y despedidas

Este año podemos esperar a algunos de los protagonistas de años anteriores, como Paula, que el año pasado protagonizó uno de los momentos más divertidos y emocionantes del sorteo. También volverá Aya, pero además será el momento de despedirla. "En junio dejará la residencia del Colegio de San Ildefonso", anuncia Ramos.

El educador también opina sobre la importancia de que los niños participen en el evento, sobre todo para ellos mismos. "Enfrentan situaciones que le vayan a servir más tarde en la vida", explica. Lo considera una buena manera de que pierdan el miedo a hablar en público, más con las cámaras de televisión delante. "Eso los niños se lo llevan de aquí aprendido", asegura. Él sabe muy bien de qué habla, ya que fue concursante de Pasapalabra. "Me considero una persona tranquila, pero no, las cámaras y hablar en público imponen mucho", dice entre risas.

Gracias al trabajo de Vicente Ramos y sus compañeros, los niños de San Ildefonso están preparados un año más para cantar los números de la Lotería de Navidad. ¡Suerte a los jugadores... y también a los niños!