Nadie que estuviera viendo el sorteo de la Lotería de Navidad en 2017 habrá olvidado aquel 22 de diciembre: una pequeña, con una coleta alta recogida en un coletero que va a juego con las medias del resto de las niñas de San Ildefonso, era la encargada de cantar los premios durante la quinta tabla. Mientras su compañera, Nerea Pareja, cantaba los números premiados a gran velocidad, esta niña, cuyo nombre aún no era apenas conocido, alargaba los mil euros lo suficiente para que sus cortas piernas pudieran estirarse para acercarse al alambre donde tenía que colocar las bolas. Desde aquel momento, todo el mundo la conoció: era Aya Ben Hamdouch, una niña de entonces 9 años que acabó enamorando no sólo al Teatro Real de Madrid sino a todo el país.

Al finalizar el primer alambre de su primera tabla, la quinta del sorteo, se acercaron a llamarle la atención. Pero ella siguió cantando cada número de la pedrea como si fuera un Gordo. Al terminar el segundo alambre, segundo aviso: "Muy bien, pero más cortito, más cortito". Aun con los 9 años cumplidos, era muy pequeña. Y ese es uno de los 'obstáculos' a la hora de escoger a los niños de San Ildefonso que luego cantarán los premios, por eso piden que tengan al menos cumplidos los ocho años. "Por lo general, son tan pequeños que no llegan a los alambres. Necesitan tener los brazos con un mínimo de extensión para llegar", explica a laSexta.com uno de los preparadores de los pequeños de San Ildefonso, Vicente Miguel Ramos Rodríguez.

"Tenía que subirse a la silla para alcanzar los alambres", recuerda este educador, que lleva preparando a los niños 24 años. Ramos ha visto a muchos niños comenzar, dar premios, cantar y salir. Y ese es el caso de Aya, que también cantará en el sorteo de 2022 pero lo hará por última vez. "En junio dejará la residencia del colegio de San Ildefonso".

Un año después de su aparición estelar, Aya Ben fue la encargada de cantar el Gordo. Acompañada de una visiblemente emocionada Carla García Villanueva (11 años), casi incapaz de terminar de cantar el 03347, Aya cambió los "¡mil euros!" por los "¡cuatro millones de euros!" del primer premio y con sólo 10 años fue la encargada de animar a su compañera para que pudiera terminar. "Ya, Carla, no llores", le decía mientras enseñaban las bolas premiadas en la mesa presidencial. "¡Vaya momentazo!", le gritan desde el teatro. "Vamos a celebrar el premio yendo al Burger King", decía la pequeña con inocencia; "A ver si llega a gente con casas embargadas", apuntaba su compañera, Carla.

Tercer año consecutivo, y Aya volvió a subirse al Teatro Real de Madrid en 2019, con 11 años y mucha más altura que aquella primera vez que necesitaba ponerse de puntillas y estirarse para alcanzar los alambres. Lo hizo en el séptimo alambre, cuando prácticamente todos los premios estaban cantados y sólo cantó pedreas, pero durante 20 minutos repartió sonrisas junto a su compañero de tabla, Roberto Constantinescu.

En 2020, la misma combinación de niños fue la encargada de cantar el segundo premio, al número 06095, vendido en administraciones de Alcalá de Henares (Madrid), Gandía (Valencia), Pinoso (Alicante), Badalona (Barcelona), Palau-Solita i Plegamans (Barcelona), Crevillente (Alicante), Elda (Alicante), Madrid y Callosa de Segura (Alicante). Aya Ben Hamdouch recuperó la buena suerte el año de la pandemia.

El año pasado, volvió a repartir suerte de la grande: a las 10:48 era cantado el 72119, y la voz que anunciaba "¡un millón doscientos cincuenta mil euros!" era, una vez más, la de Aya. La voz de esta ahora veterana de la Lotería de Navidad anunciaba un premio que fue íntegramente vendido por el club de balonmano de Basauri que, a base de papeletas, repartió 150 millones de euros entre decenas de familias.