La Lotería de Navidad se celebra la semana que viene, y los jugadores ya hacen cuentas y fantasean pensando en qué gastarán el dinero si les toca el Gordo. A pesar de que las matemáticas juegan en contra, siempre va a haber algún agraciado que se lleve el ansiado premio. Pero, ¿es posible forzar las probabilidades para que toque?

Eso fue lo que hicieron el filósofo François-Marie Arouet, mundialmente conocido como Voltaire, y un grupo de amigos, que encontraron un vacío legal en el sorteo de la lotería francesa. Gracias a este error consiguieron amasar una fortuna millonaria, como cuenta el escritor Roy Sorensen en su obra 'A Cabinet of Philosophical Curiosities: A Collection of Puzzles, Oddities, Riddles, and Dilemmas' (2016).

En torno a 1728, la Corona francesa se encontraba inmersa en una crisis económica, al no poder pagar los intereses de sus bonos. En un primer momento, el gobierno francés redujo las tasas de interés de sus bonos con la idea de ahorrar gastos, pero esto hizo que su valor se precipitara en el mercado.

El entonces ministro de finanzas, Michel Robert Le Peletier des Forts, puso en práctica una solución para devolver la confianza a los inversores. Los propietarios de bonos podían hacerse con un boleto de lotería pagando una milésima parte del valor del bono, según se recoge en el escrito de Sorensen. Sin embargo, valiera lo que valiera el billete de lotería, todos optaban al mismo premio de 500.000 libras francesas de la época. Esta decisión se revelaría como un error del que se aprovecharon Voltaire y sus asociados.

Un sindicato dedicado a invertir en bonos

En aquellos años, Voltaire se encontraba en una situación económica difícil tras haber pasado por prisión. Fue su amigo el matemático Charles Marie de la Condamine quien le informó sobre la posibilidad de hacer dinero fácil si se hacían con cierto número de bonos de la Corona. Según sus cálculos, invertir en bonos baratos podía asegurar el premio, permitiendo recuperar la inversión y produciendo grandes beneficios, como explica Sorensen.

La animadversión del filósofo hacia el gobierno francés y sus urgencias económicas hicieron que se apuntase a la operación. A pesar de que no gozaba de una buena economía, sí era muy popular entre gente pudiente de la sociedad gala. Así, Voltaire y de la Condamine montaron junto con otros 11 compañeros un sindicato que se dedicaba a invertir en bonos baratos. Esta colaboración comenzó a producir resultados de manera inmediata.

Voltaire se delata

Pasaron meses hasta que las autoridades se dieron cuenta de lo que estaba ocurriendo. Fue el carácter del mismo Voltaire el que hundió la operación que él mismo inició. En Francia era costumbre escribir en el reverso de los billetes de lotería frases de buenos deseos y firmas de los jugadores. Según recoge Sorensen,el filósofo, en la línea de todas sus obras, se dedicó a utilizar los boletos para dejar frases sarcásticas como burla hacia el gobierno y el ministro de finanzas, según figura en el libro de Sorensen.

Así, dos años después de que comenzase la compra de boletos, la operación de especulación fue descubierta. El sindicato fue llevado a juicio por presunta estafa, aunque la denuncia no llegó a buen puerto. Durante el proceso, el grupo inversor demostró que habían realizado dos acciones legales: comprar bonos del estado y, posteriormente, utilizarlos para hacerse con boletos de lotería. Por tanto, el fruto de estas maniobra no podía ser considerado ilegal.

Como resultado, tanto Voltaire como sus compañeros pudieron mantener la fortuna ganada durante esos dos años, que para entonces ascendía a entre 6 y 7 millones de libras francesas. De esta cantidad, 500.000 correspondían a Voltaire, lo que le permitió vivir holgadamente el resto de su vida. En cuanto al destino del sorteo, tras el escándalo fue cancelado por la Corona.

'Estafas' millonarias

En la actualidad es complicado que se den las condiciones necesarias para que se lleve a cabo una operación similar, aunque no es del todo imposible. Un ejemplo es el grupo de estudiantes del Instituto de Tecnología de Massachussets, que a principios de los años 2000 se hicieron millonarios gracias a la lotería Massachusetts' Cash WinFall, según recogía el diario Time en 2012.

Según los cálculos, en 2005 este grupo habría conseguido 8 millones de dólares, lo que les permitió abandonar sus trabajos y atraer a inversores que les dieran el dinero necesario para continuar con sus operaciones. Este sorteo fue cancelado en el año 2012.