Samuel Dávalos Durán cantaba los números del primer alambre. Eran las 10:40 del 22 de diciembre más inusual hasta ahora conocido. Los nervios le jugaban una mala pasada y tardaba en arrancar el número '56.015', un breve momento de confusión que el menor enmendó enseguida, pero que llamó la atención de su hermano.

Y es que el pequeño Alonso cantaba junto a él los premios y, bola en mano, esperaba que Samuel dijera el número para cantar el soniquete de los 'mil euros'. Sin embargo, al escuchar el desliz de su hermano no podía evitar una reaccionar de una manera que ya se ha vuelto viral.

El pequeño Alonso suspiraba mientras dejaba caer los hombros ante los nervios de la primera tabla que cantaba junto a Samuel. Sin embargo, los hermanos, cargados de suerte, tardaban poco en dar un quinto premio y relajarse ante un Teatro Real que, por primera vez en la historia,lucía vacío por la pandemia.

El único público que se ha acercado al lugar de celebración del sorteo ha sido Manoli, la mujer 'bombo', que además ha tenido la buena fortuna de llevar uno de los quintos premios que han cantado los niños y niñas de San Ildefonso.

Otra de las anécdotas de la jornada que no podía faltar es la polémica de todos los años con alguna bola escurridiza o sospechosa. Pero nada más lejos de la realidad: como vemos en el vídeo superior, en el momento de volcar las bolas en el bombo se ha apreciado una pieza blanca en el suelo, que ha hecho pensar que podía ser una bola caída, pero no lo era.

Las alarmas han saltado también cuando hemos visto cómo dos bolas salían a la vez, y cómo el supervisor indicaba a Judith que cogiese cualquiera de ellas. Y no caben sospechas, el protocolo manda que, si caen dos bolas, sea la mano inocente del niño o la niña la que elija la bola.

Otra de las protagonistas de la jornada ha sido la manivela del bombo grande, el de los números, que se ha atascado en más de una ocasión y le ha costado sacar algún que otro número.