Doña Manolita se ha modernizado y ha instalado una pantalla inteligente para evitar colas interminables a las puertas de la administración. Su funcionamiento es bastante sencillo y las instrucciones son claras: "Presione el botón, retire su turno y disfrute de su tiempo".

El nuevo 'aparato digital' de Doña Manolita, por 10 céntimos, envía un mensaje a tu teléfono móvil entre 10 y 15 minutos antes de que te toque comprar el décimo. Tienes que estar muy atento, desde que recibas el mensaje, 'vuela' a por tu décimo no vaya a ser que pierdas turno.

"Esa máquina nueva solo funciona por las mañanas"

Sin embargo, esta nueva máquina es muy útil para aquel que se despierta temprano y puede ir hasta la calle del Carmen, pero inalcanzable para quienes llegan a Doña Manolita después de comer.

'Hoy tickets agotados, mañana se conecta el dispensador a las 7:30 horas', advierte un cartel colgado en la pantalla. Para los compradores vespertinos las opciones se reducen a una: la cola tradicional.

"Era consciente de que me tocaría hacer cola, me han dicho que esa máquina nueva solo funciona por las mañanas", explica Amelia, que viene desde Parla directa a Doña Manolita para conseguir un décimo.

Con Amelia comparten cola Ricardo, Fabiola, Amanda y Juan José, que tampoco han podido 'sacar turno' en la máquina: "No sabíamos que estaba ahí hasta que llegamos a Doña Manolita", explica Amanda.

Condenados a la cola tradicional

A las seis y media de la tarde de la semana previa al Sorteo de Navidad, los termómetros del centro de Madrid marcan 5 grados. Aún así, la hilera de la cola de Doña Manolita gira la esquina de la calle del Carmen y continúa por la calle Rompelanzas.

Enfundada en un abrigo rojo, Amelia lleva más de 45 minutos esperando su turno, con las brazos cruzados y dando pasitos cortos al ritmo que avanza la cola. "El décimo ni siquiera es para mí, es un favor que le hago a una amiga", comenta la mujer de poco más de sesenta años. Amelia tiene asumida la espera: "Solo voy a pisar el centro hoy y si me toca hacer la cola, la hago".

"Cafecito por el centro y a Doña Manolita a por nuestro décimo"

Para Ricardo, Fabiola, Amanda y Juan José, amigos "de toda la vida", esperar la cola se ha convertido en una tradición: "Cafecito por el centro, ponernos al día y venir a Doña Manolita a por nuestro décimo", cuenta Fabiola.

Entre sonrisas cómplices, los cuatro confiesan que Doña Manolita no es el único lugar en el que adquieren sus décimos para la Lotería de Navidad: "La administración del pueblo nunca falla", confiesa Juan José.

A pesar de la pantalla inteligente, las colas no desaparecen de Doña Manolita

Tanto Amelia como el grupo de amigos tienen razones justificadas para aguantar las bajas temperaturas del centro de la capital para comprar un décimo de Lotería de Navidad en Doña Manolita. Y, aunque a ninguno de ellos les importa el frío, a otros muchos sí.

"Me estoy congelando, pero si llego a mi casa sin el décimo de Doña Manolita mi madre no me deja entrar por la puerta", confiesa Cristina, una joven canaria que hace la cola por su familia más que por ella.

La inmortalidad de las colas

Con este nuevo 'aparato digital', Doña Manolita continúa reinventándose más de cien años después de su nacimiento. Y, aunque la máquina no logra evitar las colas, sobre todo por las mañanas, consigue acortarlas.

Con máquina o sin ella, las colas en la administración de la calle del Carmen son una auténtica tradición navideña y parecen no tener fin. Porque, toque o no, para muchas personas es impensable un Sorteo de Navidad sin un número de Doña Manolita.