Dicen que los premios llegan a quienes más lo necesitan. El de Emiliano es uno de esos casos: "Me ha cambiado la vida, totalmente", asegura un día después de ganar el Gordo en la Lotería de Navidad.

Y es que, aun incrédulo, a veces piensa que lo vivido no es verdad. Por eso, se ha pasado la noche "prácticamente sin dormir, dándole vueltas a la cabeza", intentando procesar lo ocurrido.

Lleva tres años en paro, desde que dejó de ser camionero para dedicarse por completo a su mujer, enferma. "Han sido unos años muy duros porque a ella le diagnosticaron de una enfermedad rara y bueno aprendiendo a llevar la enfermedad y luchando cada día", cuenta a laSexta.

Ambos, sin ingresos, viven de la ayuda de su suegro, que vuelve a ponerles la suerte de su lado con unos décimos que les ha regalado. Asegura Emiliano que su ayuda resulta una lotería diaria.

Él tiene cinco décimos de los que dos son para una familia de Madrid que acaban de conocer que son positivos en coronavirus.

También son protagonistas de un día tan especial Paco y Bea. Paco volvía de pescar, después de un mal día de trabajo y le llamaron para decir que le había "tocado algo". Algo más de un millón de euros, que bien falta les hace.

Su único objetivo ahora mismo es tener una casa porque ocupan desde hace años una vivienda que antiguamente se destinaba para maestros del pueblo. "Estuvimos tres años de alquiler y la cosa se puso muy mal y nos enteramos de que estas casas estaban abandonadas y nos metimos aquí", explica.

Gracias a este premio, el miedo a que les echen de ahí desaparece. Un golpe de suerte que va a cambiarle el destino a aquellos que peor lo han pasado.