Cuando entra en el escenario, es una niña mas, pero Aya Ben Hamdouch ha entrado de lleno en la historia del sorteo. La razón: es la protagonista de los 1.000 euros más largos jamás cantados. Aya ha dado cada número como si del Gordo se tratase.

Cuando acaba el primer alambre, los miembros de la mesa se acercan a llamarle la atención. Ella asiente, pero sigue igual. El público empieza a jalearla, mientras que el hombre que vigila que todo marche correctamente acaba descompuesto de la risa.

Ella no entiende qué pasa. Se distrae, pero con su actuación ya se ha ganado a todo el público. "Yo la primera vez pensaba que se estaban burlando de mí", cuenta la joven tras finalizar el sorteo". El hombre de detrás le pide brío. Su compañera Nerea es la única que no se ríe nada. Al acabar el segundo alambre, le suplican que aligere.

"Muy bien, pero más cortito, más cortito", le piden. Para entonces, Aya ya se ha convertido en toda una celebridad del sorteo de Navidad. El Teatro Real se viene abajo con ella. A nosotros no nos ha tocado nada, pero, querida Aya, muchas gracias por alegrarnos el día.