La Unión Europea declaró la Emergencia Climática en 2019, y en 2020 la ONU ha instado a seguir ese camino a todos los estados porque el planeta no puede esperar más. "Si no cambiamos de rumbo, nos dirigimos a un aumento catastrófico de la temperatura", declaró en diciembre de 2020 Antonio Guterres, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Una terrible situación de la que cada vez más personas parecen ser conscientes.

Así lo expone la mayor encuesta realizada jamás sobre este tema, realizada por el organismo internacional. En ella han participado 1.220.000 personas de 50 países, casi dos tercios de los cuales opinan que debe actuarse con urgencia para frenar los efectos del cambio climático. "La población mundial es consciente del cambio climático y de los problemas ambientales porque ve las consecuencias", ha señalado a laSexta Miguel Aguado, educador ambiental y director de 'B-Leaf'.

Actualmente, España ocupa la décima posición entre los países cuyos ciudadanos se muestran más sensibles a la emergencia climática, una clasificación que lideran británicos e italianos. El sondeo también revela que, a mayor nivel de estudios, más alta es la preocupación por el calentamiento global. La conservación de los bosques, el impulso de las energías renovables y de técnicas agrícolas más respetuosas con el clima son las medidas más necesarias, según los encuestados.

"Potenciar el transporte público, eliminar las centrales de carbón y, a nivel educativo, enseñar mucho a los niños", consideran algunas de las personas a las que ha preguntado laSexta. En la macroencuesta han participado más de medio millón de adolescentes, y precisamente los menores han resultado ser el segmento de la población más comprometido con la emergencia climática. "Hemos avanzado en la concienciación y por eso hay una ley de cambio climático en trámite", ha añadido Miguel Aguado.

En España, el 74% de los menores de 18 años apoyan la emergencia climática. Pero hay otros datos de gran relevancia que arroja esta misma encuesta: las mujeres son más sensibles a la emergencia climática en los países avanzados y los hombres en los menos desarrollados.