El supuesto giro de tuerca que desprende el último comunicado de Vox con respecto a la gobernabilidad de España sitúa ahora las miradas en el Partido Nacionalista Vasco (PNV). Este domingo, Vox ha afirmado que no será "la excusa" para formar un gobierno alternativo, lo que el Partido Popular ha interpretado como que una posibilidad de obtener el apoyo del partido de Santiago Abascal para la investidura de Alberto Núñez Feijóo sin entrar en el Gobierno.
Esta situación ha hecho que ahora todas las miradas estén puestas en el PNV, ya que el PP necesitaría el apoyo de los cinco diputados de PNV para lograr la investidura. La formación liderada por Andoni Ortúzar se había negado a apoyar a un Gobierno de PP y Vox, y ha mostrado en todo momento serias distancias con Feijóo. Sin embargo, este cambio le da la oportunidad -y la presión- de recuperar su espacio en el centro de la política vasca de cara a las elecciones autonómicas de 2024 y más desde que EH Bildu le superó en votos en el 23J.
El coordinador general del PP, Elías Bendodo, ha asegurado este lunes que "las circunstancias han cambiado para los que se posicionaron al principio" en clara referencia a PNV. Sin embargo, el PNV niega un cambio de posición, remite a su mensaje inicial emitido por Ortúzar el 24J y aseguran que no habrá más comunicados hasta el próximo 17 de agosto.
Las exigencias del PNV
Si el PP contemplase un apoyo o una abstención del el PNV deberá tener en cuenta las exigencias que pondrá sobre la mesa el PNV y que hasta ahora ha planteado como indispensables: el traspaso de las competencias de la Seguridad Social al Gobierno Vasco, la reforma de su estatuto de autonomía y acelerar las obras del AVE vasco.
No obstante, lo tendrán fácil para que sus peticiones se vean atendidas. Ya la semana anterior, el ministro de Seguridad Social en funciones, José Luis Escrivá, negó la posibilidad de que la Seguridad Social fuera transferida al País Vasco al ser una "política de Estado".
Otra petición ya histórica es la construcción del AVE a Euskadi, un tema encallado que no acaba nunca tras más de 30 años desde que se proyectó y 15 desde que comenzaran las obras. Es por ello que el PNV quiere acelerar los trabajos y que la alta velocidad llegue por fin a su comunidad.
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Por otro lado, los nacionalistas vascos siguen con la reforma de su estatuto de autonomía pendiente, una petición que ya incluyeron en el acuerdo de apoyo a la investidura de Pedro Sánchez en 2019. Este asunto será complicado también si tenemos en cuenta que PNV aprobó junto a EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU el pasado mes de marzo un texto en el Parlamento Vasco con el que defendían una "necesaria reforma" de la Constitución que incorpore la "posibilidad de cambio de la forma política del Estado, habilitando la opción de la República", así como el "reconocimiento del carácter plurinacional del Estado, y el consiguiente derecho a decidir de los pueblos".
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