El cálculo que se hizo en Moncloa es que las elecciones pillarían al PP en plena negociación con Vox para conformar los gobiernos autonómicos de cinco comunidades en las que aspira a gobernar sin mayoría absoluta. El Partido Popular también se tendrá que entender con el partido de extrema derecha para gobernar en más de un ayuntamiento.

Desde Génova lo saben, y desde ya piden calma para llegar a esos acuerdos. Su estrategia es dilatar al máximo los plazos para no coincidir conel 23 de julio.

"No tenemos que tener ningún tipo de ansiedad ni ningún tipo de prisas", dice Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía.

El camino que pide Alberto Núñez Feijóo es de estabilidad, de "gobiernos fuertes y responsables", pero sin prisas y sin mencionar a Vox, y eso que el PP también lo necesita en Extremadura, Aragón, Cantabria, Comunidad Valenciana y Baleares, donde no suma más que la izquierda.

Los candidatos 'populares' tampoco mencionan a los de Santiago Abascal. "Esto no va de con quién o con qué sillas. Esto va de para qué", dice el candidato del PP a la Comunidad Valenciana. Y por ejemplo, en Extremadura, van paso a paso, primero pidiendo la abstención al PSOE

Pero los plazos corren y en Aragón, la Comunidad Valenciana y Cantabria tendrán que mojarse con una primera investidura antes de las elecciones generales. Si el PP decide dilatar los plazos al máximo podría presentarse en solitario y negociar con Vox otra investidura ya en agosto, después de votar.

Donde lo tendrá más difícil es en ayuntamientos, especialmente en Valencia, que deberá elegir alcalde el 17 de junio y el PP suma tres concejales menos que el actual regidor de Compromís junto al PSOE