El proceso "in extremis" que podría designar mayor a Eduard Sallent y el retorno de Josep Lluís Trapero de la mano del PSC han sacudido a los Mossos d'Esquadra en el esprint final del 12M, que habían recuperado la calma tras un convulso inicio de mandato marcado por denuncias de "purgas".
El foco ha vuelto a la policía catalana cuando parecía que se dejaba atrás una de las etapas más largas de inestabilidad en los últimos años en el cuerpo -desde 2017 son frecuentes las crisis internas y las denuncias cruzadas de politización-, lo que podría convertirlos en un factor clave en los pactos postelectorales, mientras los delitos están repuntando a niveles prepandémicos.
Y como telón de fondo emerge la figura de los dos mandos antagónicos de los Mossos: el mayor Trapero, que tras su idilio con el independentismo se ha erigido en baza electoral del PSC, con su promesa de situarle como director de los Mossos -un cargo político que nunca antes habían ostentado policías-, y el comisario jefe, Eduard Sallent, que aspira a ser nombrado mayor en un concurso convocado "in extremis" por el Govern de ERC.
Inicialmente idolatrado por el independentismo, que con Carles Puigdemont lo encumbró en 2017 como mayor -un rango vitalicio-, y fulminado por el 155, Trapero fue restituido al frente de los Mossos en noviembre de 2020, tras su absolución por su papel en el 1-O, cuando ya se había desmarcado en los tribunales de la hoja de ruta del procés y desveló que se ofreció a detener a Puigdemont y a su Govern tras la declaración unilateral de independencia.
Fue el conseller Miquel Sàmper -entonces de Junts aunque ahora apoya al socialista Salvador Illa-, quien restituyó a Trapero, en un movimiento que indignó a parte del independentismo -que no le perdonó su desapego al procés- y que coincidió en un momento en que el republicano Pere Aragonès era presidente sustituto de la Generalitat porque Quim Torra (JxCAT) ya había sido inhabilitado.
Con el cambio de la legislatura, cuando ERC asumió la cartera de Interior, el equipo de Joan Ignasi Elena destituyó a Trapero, en un cese que situó otra vez a los Mossos en el ojo del huracán. La oposición denunció una "purga" en los Mossos, unas críticas que se recrudecieron cuando un mando fiel a Trapero, el responsable de Anticorrupción Antoni Rodríguez, que también fue destituido, aseguró que había sufrido "injerencias" por parte de Sallent, lo que avivó el debate sobre la politización de la policía.
El Govern de Pere Aragonès negó estas acusaciones y remodeló la cúpula policial, con el comisario Josep Maria Estela al frente, arropado como número dos por Eduard Sallent y con la comisaria Rosa Bosch y la inspectora Montserrat Escudé en la Prefectura, en una apuesta por una dirección coral y paritaria que saltó por los aires en menos de un año.
Una nueva crisis, al romperse la confianza entre Estela y su número dos, que el conseller y su equipo resolvieron en octubre de 2022 elevando a comisario jefe a Sallent, que ya había liderado a los Mossos en una etapa anterior, entre junio de 2019 y noviembre de 2020, cuando Trapero recuperó el trono.
Con Sallent de nuevo al frente, los Mossos han logrado en los últimos meses una aparente estabilidad, lejos de los focos y las polémicas, y por primera vez en años incorporando a nuevos agentes, si bien las aguas empezaron a removerse cuando el Govern de ERC decidió, poco antes del adelanto electoral del 12-M, abrir un proceso para designar a un segundo mayor.
Algunos partidos de la oposición y sindicatos policiales han denunciado que se trata de un concurso a medida para premiar "in extremis" a Sallent con el rango de mayor, que compartiría con Trapero, si bien el proceso ha tenido una invitada sorpresa: la comisaria de la Cataluña central Alicia Moriana ha presentado también su candidatura.
De esta forma, el director de los Mossos, Pere Ferrer, se reunirá este viernes con los dos aspirantes, Sallent y Moriana, y es probable que hoy mismo anuncie al designado, que no obstante no podrá ser todavía nombrado oficialmente: deberá superar un curso de adecuación y que luego Interior -en un Govern que podría estar en funciones o incluso el que salga de las urnas-, le ratifique o deje el concurso vacante.
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Y mientras el proceso para nombrar al nuevo mayor avanza con prisas y algunas trabas, el candidato que según todas las encuestas ganará el 12M, el socialista Salvador Illa, ha soltado un anuncio bomba en el tramo final de la campaña: si puede gobernar situará a la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona), Núria Parlon, como consellera de Interior y a Trapero como director de la policía. De esta forma, en función del resultado del 12M y de los pactos electorales para formar Govern, los caminos de Trapero y Sallent se podrían volver a cruzar en un futuro empeñado en parecerse al pasado.
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