Todo apunta a que las próximas elecciones vascas del 21A serán las más reñidas de la historia de Euskadi. Con EH Bildu pisándole los talones al PNV, e incluso igualando sus resultados en numerosas encuestas, se prevé que el resultado sea de lo más ajustado entre abertzales y jeltzales.

Conscientes de todo lo que se juegan y de la importancia de una victoria en Araba, todos los partidos políticos tienen la mirada puesta en este territorio, la provincia que jugará un papel clave en los comicios.

El Parlamento vasco lo componen 75 diputados. Debido al sistema electoral vasco, el número de escaños se reparte de manera equitativa entre las tres provincias vascas (Araba, Gipuzkoa y Bizkaia). Por lo que las tres tienen los mismos escaños (25), independientemente de su población.

Si tenemos en cuenta que este 2024 en Guipúzcoa (Gipuzkoa) hay 587.709 personas censadas con derecho a voto, en Vizcaya (Bizkaia) 945.874 y en Álava (Araba) 261.623, podemos ver que esta última es la provincia menos poblada y aun así, tiene la misma representación que el resto.

Esto provoca que, con menos votos que en otras provincias, un partido pueda obtener representación. Precisamente esto es lo que ocurrió en las pasadas elecciones autonómicas de 2020. Vox, con tan solo 4.734 votos en la provincia, consiguió un escaño en Araba. El 50% de los escaños que logró la coalición de PP y Ciudadanos en las pasadas elecciones (tres de seis) procedieron de esta provincia, que solo aportó el 24% de sus votos totales.

Hay que tener en cuenta que, además, por el sistema electoral vigente en la comunidad autónoma, el porcentaje mínimo para obtener representación en la cámara es menor que el planteado inicialmente: la ley electoral vasca establecía un mínimo del 5% de votos en cada circunscripción para acceder al reparto de escaños; desde el año 2000 y a iniciativa de Ezker Batua, se rebajó este requisito al 3%.

Todo apunta a que el PNV ganará en Vizcaya (Bizkaia), su provincia estrella. Y, como apuntan las encuestas, EH Bildu se haría con Guipúzcoa (Gipuzkoa).

Pero es complicado predecir lo que pasará en Álava (Araba). Mientras en las últimas elecciones autonómicas de 2020 la fuerza más votada fue el PNV con 40.067 votos y EH Bildu, el segundo partido más votado, con 30.9324, en las municipales de 2023 los abertzales obtuvieron un mejor resultado que los jeltzales: 37.926 papeletas se fueron para EH Bildu; 36.463, para el PNV. En el 28M, el resultado de EH Bildu fue muy similar al de las municipales previas —en 2023 obtuvo unos 1.000 votos más—, pero sí que supuso una caída considerable para los peneuvistas, que perdieron más de 8.100 votos en cuatro años.

En las elecciones generales, por su parte, Álava (Araba) optó mayoritariamente por el voto socialista, si bien EH Bildu fue el segundo partido más votado, dejando al PNV en una discreta cuarta posición. Es la provincia con menos población, pero también la que ha mostrado un carácter menos nacionalista —el 23J, Guipúzcoa (Gipuzkoa) votó PNV y Vizcaya (Bizkaia), EH Bildu—. Y en este caso, al 'valer' menos el escaño en la provincia, debido al peculiar sistema electoral vasco, cualquier cambio de tendencia puede ser muy significativo en los resultados finales.

La importancia de ganar en Álava (Araba)

De hecho, algunos partidos, conscientes de la importancia de ganar en este territorio, suelen optar por que los principales candidatos a lehendakari de los partidos encabecen sus listas por Álava (Araba). Este año, no obstante, es la primera vez desde la primera candidatura de Iñigo Urkullu que el PNV no hace este movimiento: su candidato, Imanol Pradales, se presenta como cabeza de lista por Vizcaya (Bizkaia), igual que Eneko Andueza, candidato por el PSE-EE.

No es el caso de EH Bildu, que sí ha optado por que su candidato, Pello Otxandiano, lidere la candidatura alavesa, a pesar de que sus predecesoras —Otxandiano es el primer hombre que se presenta a la Lehendakaritza por EH Bildu— no lo hicieron.

Según la tendencia de los últimos años, dos de los tres territorios históricos están prácticamente asegurados: Vizcaya (Bizkaia), en manos del PNV y Guipúzcoa (Gipuzkoa), en las de EH Bildu. Por tanto, queda una incógnita abierta que podría cambiar la carrera hacia la Lehendakaritza: quién se queda con Álava (Araba).