Un hombre baila solo frente a un féretro colocado al aire libre.

Algunas parejas, vestidas de negro, hacen lo mismo.

Suena 'Love' de Nat King Cole.

Amor es todo lo que puedo darte.

El hombre es el viudo de la profesora de Agnès Lassalle.

Que fue acuchillada en el pecho por su alumno.

Dijo: "Una voz me obligó a hacerlo".

No sabemos cómo desapareceremos del mundo.

Tampoco cuándo.

Lo único que sabemos es que lo haremos.

Porque la única certeza de la vida es la muerte.

Moriremos.

Podrá suceder tras una larga enfermedad.

Podrá suceder en un instante súbito.

Podrá ser por causas naturales.

En una cama.

O podrá ser en un accidente.

Y también nos podrán matar.

Podrá ser lo más injusto del mundo.

Pero dará igual.

El hecho es que tarde o temprano.

Nos iremos.

Y frente a este terrible hecho.

Frente a eso que no queremos pensar.

Frente a la explosión de la pérdida y el río de la ausencia.

Frente al féretro que contiene un cuerpo amado.

Solo nos queda la decisión del amor.

Del horror, el amor.

Ese es el único resquicio que nos queda.

El poder de la voluntad.

Coger la tristeza y el dolor y todo lo que viene antes y después.

Y negarte a que sea lo único que quede.

El viudo de Agnès baila y sus amistades también.

Un gesto de vida, de lo que era la vida para ella, como forma de resistencia.

Amor es todo lo que puedo darte.

Para que lo que te pase no sea lo único que permanezca.

Porque no se puede cambiar el final.

Nunca se puede.

Pero sí se puede elegir cómo despedirnos.

Cómo recordar.

Porque si solo lloramos.

Si no bailamos.

Quienes nos hicieron daño.

Habrán ganado.