Casi 400 alumnos y alumnas pidieron que, en el centro educativo concertado Santa María de la Hispanidad de Madrid, las chicas pudieran ir en pantalón.

El centro ha hecho caso omiso a esta petición y ha obligado a las alumnas a seguir llevando falda en el uniforme del colegio.

Así que todos y todas estamos pagando con dinero público el sexismo en las aulas de la Comunidad de Madrid.

Y es que no es razonable ni tiene ninguna justificación lógica que a las chicas se las siga forzando a ponerse una prenda con la que, según las propias alumnas han manifestado, no se sienten cómodas.

No olvidemos que poner falda solo a las niñas (igual que perforarles los lóbulos de las orejas desde que nacen) son actos encaminados a la distinción de lo que son y por tanto de lo que no pueden ser.

Para recordar la inamovilidad de lo que supone ser una niña.

No te salgas de la marca.

No olvidemos que la imposición de esta prenda de vestir a las chicas es una forma de control.

Porque no te ponen una falda y te dicen: Corre y salta.

Te ponen una falda y te dicen: cierra las piernas que no se te vean las bragas.

No te ponen una falda para que seas libre.

Para que tengas libertad de movimiento.

Te la ponen para que te estés quietita.

Para que aprendas que las "señoritas" cruzan las piernas.

No se suben a los árboles.

No hacen gestos bruscos porque algo puede quedar al descubierto.

La falda es un aviso preventivo: las chicas no hacen ruido.

Las chicas no molestan.

La imposición de la falda a las chicas ha sido un método de domesticación.

Una valla a la propia ocupación de las mujeres del espacio público desde que son niñas.

Las alumnas se han quejado porque con el uso de la falda se sienten además comparadas.

Miradas.

Escaneadas.

Porque cuando la gente va uniformada lo que resalta es aquello que es visible y distinto.

En este caso la piel.

Y las alumnas tienen derecho a que no se fijen en ellas y en sus piernas.

En el tamaño de sus gemelos o en los poros.

Tienen derecho si quieren a pasar todo lo desapercibidas que quieran.

Tienen derecho a cubrirse con un pantalón.

Como hacen los chicos.

Tienen derecho a no pasar frío.

Y no hay ningún problema en usar una falda.

De hecho es maravilloso cuando también las usan los chicos porque esto rompe los jodidos estereotipos de género que tantísima violencia generan.

No hay ningún problema cuando eliges tú ponértela.

No cuando desde una institución, en el ejercicio de su poder, se te impone su uso.

Si yo formara parte del Consejo Escolar y perteneciera a la dirección del centro estaría verdaderamente preocupado.

Porque con esta necesaria y justa reivindicación del comprometido alumnado.

Se estaría poniendo de manifiesto que el colegio no se merece a sus estudiantes.

Porque están a años luz.

De aquellos que pretenden enseñarles.