Mi madre era una zorra.

Para el mundo.

Se quedó embarazada en 1980 y a pesar de que intentó abortar fue madre soltera de mellizos, criándonos a mí y a mi hermana con otra mujer, con mi otra madre.

Mi madre era seropositva y murió a los 43 años.

A mi madre siempre la intentaron hacer sentir culpable.

Culpable por no ser heterosexual.

Culpable por no tener un padre para sus hijos.

Culpable por pensar en abortar.

Culpable por seguir pasándolo bien siendo madre.

Culpable por ser promiscua y disfrutona.

Culpable por tener un virus en la sangre.

Culpable por estar enferma.

A mí madre la rociaron con todos los estigmas inimaginables.

El de la mala madre por construir una familia al margen y por no dar «todo» por sus hijos.

El de la mala mujer por contravenir un sistema que reclama la docilidad y sumisión.

El de la mala persona por hacer cosas malas que hacen que se te castigue pasándote algo malo.

Intentaron que mi madre sintiera vergüenza de quien era.

Pero no lo consiguieron.

Mi madre fue una mujer libre.

Las mujeres libres dan mucho miedo.

Porque una mujer libre pone siempre en jaque a un sistema que necesita a las mujeres controladas.

Para que sigan reproduciéndose y cuidando lo reproducido.

Un sistema que necesita que las madres olviden que son mujeres.

Para que cumplan su función.

Yo estoy muy orgulloso de la zorra de mi madre.

Porque una madre libre te pone siempre en el camino de la libertad.

No con sus palabras, con sus actos.

Una madre libre es siempre un ejemplo de vida.

Mi madre recordó a cada momento quién era ella.

Qué le gustaba, qué le daba placer, con qué era feliz.

Y lo era con sus hijos, sí.

Pero había muchas partes de mi madre que solo eran de ella.

Partes que defendió cada vez que hizo algo por y para ella misma.

Porque mi madre sabía que se iba a morir.

Sabía que esta existencia.

La única que tenía y que tenemos.

Se acabaría.

Lo que hizo la zorra de mi madre fue algo tan inexplicable como vivir.

Y querían que ella pidiera permiso para hacerlo.

Querían que ella pidiera perdón por hacerlo.

Pero no lo hizo.

A pesar de los juicios.

A pesar de los miedos.

A pesar del estigma.

A pesar de todo.

La zorra de mi madre.

Vivió.