Hay una pintura que es el test definitivo para saber si eres una persona optimista o pesimista: el 'Perro semihundido' de Goya.

Para un pesimista crónico como yo, la obra represeta a un animal que intenta por todos los medios no ahogarse en arenas movedizas pero que, cuando está a punto de morir, mira hacia arriba, al mundo, y descubre que es un enorme espacio vacío, lúgubre, deprimente. Y deja de luchar. Se deja caer, sin esperanza ante una realidad terrible..

Pero a veces tengo días buenos y lo veo con ojos optimistas: entonces resulta que el perro está sacando la cabeza del oscuro agujero de depresión en el que vive… y descubre un enorme espacio abierto, toda una vida en blanco por llenar. Un futuro que, igual no es muy luminoso ni tiene un color demasiado alegre, pero es mejor que la oscura y depresiva vida que llevaba.

Cuando estés de bajón, mira esta pintura. Al principio puede que te hunda más, pero a la larga, te ayudará a sacar la cabeza a la vida con un poco de optimismo.