Cuando nos planteamos bajar peso, parece que eso es lo único que nos importa, dándonos igual el proceso, consecuencias o efectos posibles a corto y medio plazo. La industria de las dietas, sin duda alguna, está creada para convencerte de lo fácil que es perder peso, de lo sencillo que es tomarte el producton de turno y perder cuatro kilos en una semana. Pues bien, perder peso no debería ser tu objetivo, sino perder grasa.

Existen muchas formas de perder peso, pero hay tres que son las más usadas tanto por la industria como por usuarios.

1. Eliminación de todos los carbohidratos

Los carbohidratos son la fuente básica de energía del ser humano, esta energía es almacenada en tu organismo en forma de glucógeno, que para entendernos es la energía de la batería de tu móvil, lo único que tu cuerpo tiene esas baterías en el hígado y en los músculos. Se estima que el almacenamiento de glucógeno puede estar en torno a los siete kilos de peso, por lo que, si hago una dieta donde no incluyo carbohidratos (arroz, pasta, patata, pan, etc), ese almacenamiento va mermando y vas bajando de peso, pero ojo, solo bajas de peso porque estás vaciando tus reservas, el porcentaje de grasa perdido puede ser cero. Por ello, cuando vuelvas a introducir carbohidratos, ten por seguro que recuperarás todo el peso perdido de manera muy rápida.

2. Eliminación de líquido

Todos hemos escuchado en muchas ocasiones dietas mágicas como la dieta de la piña, dieta de la alcachofa, dieta del sirope de arce, etc. Estas dietas son dietas drenantes, que lo único que consigues que tu porcentaje de agua en tu organismo descienda, para que nos entendamos, te hacen ir al baño continuamente a hacer pipi. Esto carece de toda lógica, por la sencilla razón que tu organismo se compone de un 70% de agua, y si este porcentaje disminuye por acciones externas como estas dietas, lo vas a recuperar más pronto que tarde, por lo que no tiene mucho sentido realizar estos inventos.

3. Dietas hipocalóricas

Las dietas hipocalóricas son aquellas que te quitan hasta las ganas de vivir por lo restrictivas que son. Tu cuerpo necesita una cantidad determinada de gasolina para viajar y si no le das la gasolina suficiente puede sufrir fallos. Lo que sucede es que nuestro organismo es tan inteligente que sabe buscarse la vida y sacar energía de donde sea. Uno de esos sitios de los que acude para sacar energía que no recibe es nuestros músculos, y aquí viene el problema, ya que nuestros músculos son los que consumen más energía por lo que si los voy desgastando poco a poco, les voy quitando funcionalidad.

Para que nos entendamos, si inicio una dieta y mi cuerpo necesita 2000 kcal para vivir, cuando termine esa dieta hipocalorica exigente, mi cuerpo necesitará 1700 kcal para vivir, y en el momento que vuelva a comer como antes, tendré mucha más capacidad para recuperar el peso. Y lo que es peor, que me volveré a poner a dieta pero ya no sobre 2000 kcal, sino sobre 1700 y, de nuevo, volveré a crearle una merma, llegando el momento de tener una de las enfermedades crónicas número uno en España, la obesidad sarcopénica, estar con obesidad y tener muy poca masa muscular, por lo que perder peso se convierte en prácticamente una utopía.

La única manera eficaz y eficiente de bajar "peso" sin duda alguna es bajar nuestro porcentaje de grasa. Estas bajadas en báscula suelen ser más lentas, requieren de cambios de hábitos duraderos y constantes, requieren esfuerzo y constancia, pero sus resultados sin duda merecen mucho la pena.

En la bajada de peso, mirar solo los resultados sin mirar el camino es un gran error, el principal objetivo debe ser establecer patrones de vida que hagan que tu salud sea lo primero y, como consecuencia, seguro, llegarán esos objetivos tan deseados.