Hay dos tipos de personas: los que dicen "cariño, tengo 20 minutos libres, me pego un salto al Mercadona y pillo algo para la cena", y los que la planifican con hoja de Excel. Los primeros suelen encontrarse en más de una ocasión con que el hombre propone, y Dios dispone. O, en este caso, el señor Juan Roig, sus previsiones de compra y lo que no se haya agotado a lo largo del día, porque según la hora a la que te dejes caer por la tienda, puede que ya haya baldas vacías. Los segundos podrían planificar el avituallamiento de un cuartel entero sin inmutarse.
Vivir al día, tener la nevera tiritando por falta de previsión y acabar visitanto el supermercado varias veces a la semana para comprar tres chuminadas en cada viaje, es un mal que afecta a muchas personas. No pasa nada si empujar el carrito por los pasillos del súper forma parte de tus hobbies, pero si no es así, al cabo de la semana puedes acabar con la cansina sensación de tirarte media vida en el súper y de que, encima, no siempre encuentras lo que querías. Sin contar con la desazón que supone estar todo el día fantaseando con que vas a cenar una merluza rebozada con un pisto y toparte con que ya no quedan pimientos frescos. O que solo quedan de los verdes para freír. O que deseabas con todas tus fuerzas un bote de helado de chocolate para el postre y ya solo les queda de fresa.
¿Te has visto retratado en esos ejemplos? Esas cosas pasan por falta de previsión. Más en concreto, por no planificar la compra semanal. Fíjate que hablamos de compra semanal, es decir, los alimentos que vas a poner en la mesa para los próximos siete días. Ni que decir tiene que no es una tarea que pueda hacerse a la ligera. Hay que plantearse primero qué vas a comer cada día (si vives solo o sola) o qué tienes previsto poner de comer para toda tu familia. Luego ya vendrán los caprichos, como esa salsa tan peculiar que te ha llamado la atención, ese chocolate relleno de mermelada de nosequé que te apetece probar o ese hummus bio del que todos hablan maravillas y que te apetece catar.
Cuatro razones para hacer la compra una vez a la semana
1. Ahorras tiempo. Cada visita al supermercado se lleva entre 20 y 40 minutos. Si vas varias veces a la semana acaban sumando varias horas que podrías emplear en otras tareas.
2. Ahorras dinero. Comprar en cantidades grandes en ocasiones sale más asequible o puedes aprovechar ofertas 3x2 o la segunda unidad a la mitad de precio. Si sabes que en casa caen tres yogures al día, te sale mejor comprar dos packs de 8, si el segundo lleva descuento, que ir el lunes y el viernes a comprar solo un pack.
Una segunda forma para ahorrar es que puedes jugar con los precios de los alimentos en la cesta de compra final. Los alimentos no tienen precios fijos, varían según la oferta y la demanda, la climatología (si hay heladas, la verdura suela subir de precio), la disponibilidad… Pongamos que el jurel ha subido. Sabes que la cesta de la compra te va a costar más porque el pescado está más caro, pero tal vez puedas compensar con el brócoli si ese día está más barato. Al final, el precio de la cesta de la compra es un poner y quitar para que no se dispare de precio. Si solo compras el jurel no tienes esa perspectiva global para compensar.
3. Tomar perspectiva de lo que has comido. Si no escribes el menú semanal en una hoja, es fácil que el viernes no recuerdes qué comiste el lunes. También es fácil ir al súper, volver a comprar lo mismo y volver a comer lo mismo. De eso te das cuenta normalmente cuando, al ponerlo en la mesa, tus hijos te reciben con un "jooo, otra vez muslos de pollo". Si compras una vez a la semana y escribes el menú semanal, es más fácil no repetirte y evitar los reproches infantiles. Por ejemplo, compras dos kilos de muslos de pollo porque hay oferta y así sale más barato. El lunes pones muslos de pollo en salsa de tomate y el viernes hacéis una 'cena de fiesta' con muslos de pollo rebozados y fritos al estilo de Kentucky.
Pero, Pablo, ¿rebozado y frito es saludable? No para diario, pero la comida también nos da felicidad. Y en ese momento de inicio de fin de semana con una cena informal, peli para toda la familia y muchas risas bien merece la pena levantar la mano.
4. Mejoras la calidad nutricional del menú semanal. Elegir alimentos para toda la semana es una tarea mucho más importante de lo que parece. Los alimentos individuales no contienen todos los nutrientes que nuestro organismo necesita, por lo que es importante consumir una amplia variedad de ellos con el fin de disponer de la energía, macronutrientes y micronutrientes para el día a día.