Si metes en Google la sílaba "so", la primera palabra que aparece es Sotosalbos. Ni sol ni Sofía Loren ni Sócrates, la primera que sale es Sotosalbos, un pequeño y tranquilo municipio segoviano, el pueblo de Javier Maroto. Mejor dicho, el nuevo pueblo de Javier Maroto.

Lleva empadronado allí aproximadamente dos meses. Es el vecino más famoso de Sotosalbos fuera de Sotosalbos. Dentro, ninguno de los poco más de 100 habitantes que tiene la localidad le ha visto el pelo. Ni rastro de su nuevo vecino senador.

Javier Maroto dejó de ser diputado en mayo de este año después de que el PP no rascara un solo escaño en el País Vasco en las pasadas elecciones generales. Nacido en Vitoria, el sotosalbeño llegó a ser alcalde de la capital vasca entre 2011 y 2015 y diputado por Álava desde 2016 hasta 2019.

En las últimas elecciones sus votantes vascos le retiraron la confianza. No quieren que sea la voz que defienda los intereses de su provincia en el Congreso de los Diputados. Maroto ostenta un cargo público desde que tenía 27 años. En 1999 entró en el Ayuntamiento de Vitoria como concejal y desde entonces hasta ahora no ha hecho otra cosa que dedicarse a la política. 20 años que acabaron de repente la noche electoral del 28 de abril.

Casado veía como uno de sus hombres de confianza, su amigo, quien tanto le había ayudado a conseguir la presidencia del PP, se quedaba sin carrera política de un plumazo. Desde aquel Momento Casado no ha parado de buscarle un sitio donde recalar.

Entonces ocurren esas cosas que solo pasan en política. Ante los ojos de todo el mundo y sin que tengan consecuencias. Casi siempre ocurre con asuntos que dicen ser legales pero que no alcanzan el nivel ético y moral exigible a un cargo público. A Maroto no le quisieron los votantes del PP de Álava pero ahora van a tener que cargar con él los votantes del PP de Segovia. Cosas que pasan.

Maroto es Senador por Castilla y León por designación autonómica. Esto quiere decir que no es elegido por los ciudadanos, sino por los miembros del Parlamento de esa Comunidad Autónoma. La única exigencia es ser residente en la comunidad designada, como ahora Maroto. Quien hizo la ley, hizo la trampa.

Maroto se empadronó en casa de un vecino del pueblo que dio su autorización para realizar el trámite. Ni tan siquiera acudió a hacer el papeleo tal y como contó en su día eldiario.es. Otra persona se encargó de hacerlo en su nombre.

El escándalo ha ido creciendo de tal manera que Maroto ha dicho que va a alquilarse una casa a su nombre y que se le "va a ver mucho en Sotosalbos" porque se va a implicar en los asuntos del PP de Castilla y León.

El tiempo dirá si Maroto cumple su compromiso segoviano, quién sabe, quizá un día sea nombrado hijo predilecto de Sotosalbos.

Maroto ganará como Senador 2.981,90 euros al mes. A esa cantidad hay que sumarle un complemento de 2.830,10 euros por ser el Portavoz del grupo parlamentario popular. Además, tendrá una indemnización de 1919,63 euros para afrontar los gastos por el alojamiento ya que su circunscripción está fuera de Madrid. En total, Maroto recibirá al mes, como mínimo, 7.731,63 euros. Digo como mínimo porque también le pagarán los viajes en transporte que realice y tendrá a su disposición una tarjeta taxi de 3.000 euros al año.

Con estos sueldos, cómo no hacerse más segoviano que Perico Delgado y el acueducto juntos. Debe ser complicado verse fuera de las instituciones públicas 20 años después. Maroto no es Senador porque lo hayan elegido los alaveses o los segovianos, lo es por una designación autonómica trampa, lo es por designación de Casado, porque así lo ha querido el presidente popular. Porque necesitaba buscarle un hueco a su amigo. Le paga con el dinero de todos los esfuerzos que hizo por sentarle en la planta noble de Génova.

Un aviso para ustedes: cuidado con empadronar a su madre en su casa de Madrid para que le operen la rodilla si ella vive en Andalucía. Ojito con empadronarse en casa de sus padres para que le den el colegio que tanto les gusta a sus hijos. Sigamos dando ejemplo a los políticos.