Tenía cuatro años, era natural de San Fernando (Cádiz), no llegaba a los veinte kilos y era uno de los mejores agentes de la Guardia Civil. Incansable, fiable, preciso y con un carácter que enamoraba a todo el que lo trataba –doy fe de ello, porque estuve con él varias veces-, Marley acumuló en el tiempo que estuvo en activo –poco más de un año- una hoja de servicios al alcance de muy pocos. Juan Manuel Sánchez, su guía, y él se convirtieron en un binomio imbatible a la hora de hallar restos biológicos en cualquier escenario, por complicado que fuese. Marley, un perro de aguas de la Unidad Cinológica de la Guardia Civil, murió el pasado domingo de forma repentina y ha dejado un hueco enorme en su unidad y, sobre todo, en Juanma y su familia.

Marley llegó a la casa de Juanma con apenas tres meses desde San Fernando, donde Joaquín Rodríguez, policía local de la ciudad gaditana, cría perros de aguas de trabajo que sirven en policías y unidades militares de media Europa. Juanma, el guía del legendario Elton –el perro más laureado de la Guardia Civil-, necesitaba un recambio para su viejo pastor belga malinois y pensó en un perro de aguas. Su pequeño tamaño le convertía en un animal más eficaz en escenarios como el interior de un vehículo, donde la talla de un malinois dificulta su trabajo.

Juanma recuerda los inicios de Marley: "Su criador trabajó con él desde muy pequeño, mediante la estimulación temprana. Aprendió a buscar solo con dos meses, así que yo seguí con ese trabajo". Con Elton de tutor –"aprendió del mejor", dice Juanma con orgullo-, Marley dio muestras de su precocidad bien pronto. Con menos de tres años, el perro de aguas estaba listo para tomar el relevo de Elton, el primer perro especialista en hallar restos biológicos en España, jubilado tras once años de servicio. Entre sus últimos trabajos, estaba el hallazgo del cuerpo de Diana Quer en la nave de Asados. El listón lo había dejado alto. En junio de 2018, el crimen de Laura Luelmo supuso la puesta de largo de su sucesor: Marley halló numerosos rastros de sangre en la casa de Bernardo Montoya, pese a que el asesino hizo todo lo posible por limpiarlos.

Dana Leonte, Gabriel Cruz, Javier Ardines, Romina Celeste… Son crímenes mediáticos en los que Marley trabajó con éxito bajo los focos. Pero lo hizo con la misma eficacia en asuntos desconocidos, como el hallazgo de dos cuerpos tras un incendio en Manzanares (Ciudad Real) o el de los restos de las siete víctimas de un accidente entre un helicóptero y un ultraligero en Mallorca. Fue Marley quien reveló el lugar del crimen de Julio Lea, asesinado por dos hermanos en Sobrado dos Monxes (Orense). Y fue él también quien halló pistas definitivas para encarcelar al asesino de Nelea, una mujer asesinada y descuartizada en Vinaroz (Castellón). Y todo de manera metódica, pausada y, sobre todo, fiable. Marley posaba el hocico en un punto y los agentes del ECIO (Equipo Central de Inspecciones Oculares) sabían que allí había algo. En su último trabajo, el crimen del empresario José Antonio Delgado –asesinado tras una falsa cita sexual-, Marley recibió el mejor elogio posible. Un componente del ECIO le dijo a su guía: "Marley ya va teniendo cosas de Elton". Y es que Marley, como el viejo y laureado malinois, apenas necesitaba guía para trabajar: "Cuando llegábamos a un escenario y veía a los compañeros del ECIO con los trajes forenses y los guantes, sabía que tenía que trabajar y comenzaba a buscar", recuerda Juanma.

La muerte de Marley ha truncado una carrera llena de éxitos, pero, sobre todo, ha partido los corazones de Juanma, Charo –su esposa- y Alberto y Cristina –sus hijos-. Marley vivía con ellos, era un miembro más de la familia y su carácter lo forjaron entre todos. Marley era un perro tan adorable en su vida civil como implacable a la hora de trabajar.