Los permisos de paternidad iguales e intransferibles ya están aquí. El 1 de enero se ampliaron los permisos de paternidad a 16 semanas, igualándose así al de maternidad.

Y llegó la polémica.

Un debate que enfrenta a muchísimas mujeres madres y que resulta curioso por varias razones:

1- Porque este Real Decreto-Ley se aprobó en 2019 y ya sabíamos que a inicios de 2021 sería una realidad efectiva.

2- Porque antes de que se aprobara, había más apoyo a esta medida, que ha ido desapareciendo según se iban ampliando los permisos de los padres.

3- Porque es evidente el avance que supone en la corresponsabilidad en el hogar, al "obligar" a los hombres padres a implicarse y a responsabilizarse del cuidado desde los primeros meses de nacimiento.

4- Porque está claro que es un paso importante para luchar contra la penalización de la mujer en el mercado laboral por el mero hecho de ser madre. Cuando seguimos viviendo a día de hoy situaciones de discriminación laboral incluso antes de que llegue la maternidad. Esto es una realidad constatada.

5- Porque estar divididas en esta causa social no nos beneficia. O vamos todas a una o difícilmente podremos avanzar hacia una igualdad real.

Una vez dicho esto hay cosas que están muy claras también porque ampliar los permisos de paternidad a las 16 semanas NO es la solución hacia una igualdad real. Si esta medida no va acompañada de políticas transversales que impacten en todos los sectores veremos cómo los datos no nos acompañaran por varias razones:

1- La corresponsabilidad no es un asunto solo de los primeros meses de crianza. ¿Qué pasa después? Pues que después las mujeres seguimos estando atrapadas en medidas de conciliación no efectivas, como excedencias y reducciones de jornada , que tienen nombre de mujer madre, que conllevan una renuncia clara y a las que solo pueden optar mujeres en determinados sectores y con recursos económicos. Fuera de la ecuación quedan muchísimas mujeres, abocadas a la renuncia total y a la invisibilidad.

2- En nuestro estudio "Las Invisibles" hay un dato esclarecedor de este hecho. Cuando un hijo o una hija enferma SOLO un 8% de los hombres padres interrumpe su jornada laboral para poder cuidar. Somos las mujeres madres, en la mayoría de los casos, seguidas de las abuelas quienes asumimos esta responsabilidad, pasados los primeros meses.

3- Por otro lado este Real Decreto Ley será efectivo sobre todo en grandes empresas que se verán presionadas por su cumplimiento, ¿pero qué ocurre con las pymes, qué ocurre con la penalización que ya están sufriendo muchos hombres padres que quieren disfrutar de su derecho? Acabar en peleas judiciales o denuncias no es el camino.

4- Además, si estos avances, no van acompañados de nuevos modelos laborales, donde prime la flexibilidad y las políticas de conciliación en las empresas e instituciones, no se producirá un verdadero cambio social.

5- Y por supuesto la necesidad urgente de activar otras medidas, palancas de cambio, que permitan una corresponsabilidad social. Necesitamos voluntad política, que parece ausente en este tema, para trabajar en una mesa de Diálogo social sobre estos asuntos.

Pero lo que no podemos permitir es caer en demagogia barata, en confrontación y en un debate contra los hombres no corresponsables. Pongamos el foco en las nuevas paternidades, en hombres implicados, que sí se responsabilizan. No en aquellos que “lo usarán como vacaciones”, “aprovecharán para jugar al futbol”. Porque estas afirmaciones, dichas por mujeres en redes sociales, no pueden ser razones de peso para que vayamos en contra de un avance que suma. Tiene sus limitaciones, sí, por eso hay que luchar por mejorar, para que como dice mi compañera de lucha Emilia de Sousa, el primer paso sea corregir las discriminaciones que lleva implícito hacia las familias monoparentales y los/las autónomas entre otras realidades diversas, que deben estar representadas.

Y por último, cualquier madre (y espero que padre) sabe de sobra que 16 semanas de permiso de maternidad son insuficientes, que este permiso lleva congelado 32 años y que no es coherente con lo que determina, por ejemplo, la OMS sobre la lactancia materna. Pero nadie dijo que el cambio social que necesitamos tuviera un solo paso. Es un camino de largo recorrido para conseguir visibilizar y apoyar la maternidad, poniendo los cuidados en el centro de todo, de la vida familiar, del mercado laboral y de una sociedad que todavía no se ha enterado que si no apostamos por la infancia no tenemos futuro.

Empecemos a legislar con perspectiva de género.

Y para terminar:

Dos enlaces de interés de mis compañeras y admiradas Esther Vivas y Emilia de Sousa:

http://desousaabogadas.com/cuidados/

Y una cita para reflexionar, parafraseando a la gran Clara Campoamor:

"La corresponsabilidad se aprende ejerciéndola".

Avanzamos.