Tradicionalmente según se acercan las fechas navideñas vemos como los precios de muchos de los alimentos más consumidos aumentan. Son días de marisco, carnes, pescados, ibéricos y muchos otros que, aunque están disponibles todo el año, ahora toman un especial protagonismo. Algo que, en mayor o menor medida, sigue siendo un impacto doble: por un lado, para la economía, siendo un gasto "extra"; y por otro, para la salud, por los excesos que podemos llegar a cometer.

Solo el año pasado, sin el azote que vivimos este de la inflación, los alimentos subieron, de media, un 30% su precio. De hecho, antes de esta situación en la que estamos con los precios, se calculaba que cada hogar gastaba un extra de 631€ de media en Navidades, de los cuales, 160€ eran en comida y bebida.

Algo que se puede quedar en peccata minuta si vemos el último dato de inflación. Según el Instituto Nacional de Estadística, el IPC en noviembre se situó en el 6,8% interanual, lo que supone un gasto adicional de 830 euros para las familias. Entre los alimentos que más han subido se encuentra el azúcar (un 50,2%), la harina y la mantequilla (alrededor de un 37,5%), la leche entera (30,9%), los huevos (27,1%) y el aceite de oliva (25,9%). Aunque la subida de precios es generalizada.

Con este panorama, estas Navidades muchas casas tienen que hacer cuentas para los menús, ya que tirar comida, además de ser un gesto muy poco ecológico, es un derroche económico que debemos evitar. Además, evitar las "sobrecompras" de comida y bebida navideñas también van a amortiguar el impacto sobre la salud de los excesos, evitando que sobre demasiada comida y que tengamos que estar varios días comiendo "sobras" de los platos que preparamos para estos días.

Cuando estamos acostumbrados a calcular comidas para entre 2 o 5 personas, hacer la extrapolación para 10, 20 o más personas puede suponer, fácilmente, que tratemos de comprar más "por si acaso". Por eso conocer las raciones estándar de los alimentos es una ayuda a la hora de ir a llenar el carro de la compra.

Respecto al marisco, el cálculo se ve influido en cuanto a la variedad de éste que estemos pensando en adquirir. Pero de forma general, una ración estándar suelen ser unos 250 gramos en total. O lo que es lo mismo, unos 5-6 langostinos por cabeza. O, dicho de otra manera, para unas 6 personas calculamos un kilo y medio.

En los pescados, si vamos a servir un pescado limpio tipo atún, salmón o cualquier otro que llegue a la mesa sin piel, ni espinas ni cabeza, 200 gramos puede ser una orientación de una ración maja. Para pescados que se cocinan enteros como las lubinas y doradas, la ración aumenta hasta los 250-300 gramos por persona. Siempre dependiendo del tamaño del pescado y de su proporción. Un rape entero, que es casi todo cabeza, se calculará aumentando hasta 400 gramos por persona.

Las carnes que van limpias de grasa, sin hueso y que tienen un cocinado corto, como pueden ser los entrecots, las raciones de 200-250 gramos suelen ser suficientes. Aunque se ve muy influido por los entrantes y otros platos que hayamos servido. En el caso de que sean carnes que tienen hueso y que se van a hornear, como las paletillas y costillares, el cálculo se puede hacer a razón de 400 gramos por comensal.

Por último, hablando de turrones y dulces navideños, debemos hacer un ejercicio de reflexión: ¿cuándo nos comemos realmente estos dulces? ¿De postre o sobremesa de los días señalados? ¿O durante toda la semana cuando pasamos cerca de la bandeja que hemos preparado y que preside la mesa del comedor de muchas casas?

El error puede residir (y suele residir) en que solemos comprar más de lo que realmente comemos. Por un lado, cuando llega el postre, ya estamos muy llenos. Y por otro, más allá de comernos un trocito, el resto que comamos es casi innecesario y acabará rodando por nuestras casas los días que no son señalados en Navidad. Además, baratos, precisamente, no son.

Una medida para calcular que no sobre, y casi por salud, sería un dedo y medio o dos dedos de turrón por persona. Aproximadamente 50 gramos. Para facilitar los cálculos, una tableta o pastilla de turrón puede valernos para 6 personas. Respecto otros dulces como mazapanes o polvorones, 2 por cabeza es más que suficiente.

Calculando raciones y comprando un poco menos de lo que solemos adquirir no solo lo va a notar el bolsillo, también nuestro estómago (evitando digestiones pesadas) y la analítica después de que acaben estas fiestas.