Nadie duda que la piedra angular de nuestra alimentación mediterránea (esa que la UNESCO nombró patrimonio de la humanidad) es el aceite de oliva. Desde que Grande Covián, gran nutricionista y uno de los padres de su fama, todos conocemos que su consumo dentro de nuestra dieta previene de gran parte de las enfermedades cardiovasculares.

Pero, ¿es lo mismo "virgen extra" que "virgen" o cuando sólo pone "aceite de oliva"? Evidentemente no. Todos sabemos que el mejor de todos es el aceite de oliva virgen extra, o también llamado por los mas 'foodies' AOVE. Esto está claro. Las campañas de concienciación han hecho su trabajo. Y, ¿sabes por qué es así?

Por sus características organolépticas, su contenido en nutrientes y antioxidantes, y por su grado de acidez. Por todas estas cosas es el aceite de oliva virgen extra la mejor de las opciones. Y, ¿el resto? ¿Son menos saludables? ¿Qué pasa si mi economía no me permite utilizarlo todos los días? Estas preguntas son frecuentes cuando vamos a comprarlos y vemos que el litro está al mismo precio que un vino reserva.

No sólo cuando vamos a comprar aceite. También cuando compramos otros alimentos, sobre todo conservas, con aceite de oliva (que nos venden como mejor, como más sano, y, sobre todo, más caros). Porque sabemos que "con aceite de oliva" vende. Pero nunca va a ser lo mismo si es virgen, virgen extra, o simplemente "de oliva".