No hay nada peor cuando tratamos de cuidarnos que el hambre. Cuando hace acto de presencia, la mayoría de las veces la razón queda anulada por el instinto y buscamos cualquier cosa para calmarla, a veces, cayendo en errores que hacen que nos desviemos del camino de una alimentación saludable.

Calorías no es lo mismo que saciedad

El primer mito que tenemos que desterrar es que hipercalórico es lo mismo que saciante. Muchas veces hemos pensado que algo que tiene muchas calorías, nos va a aportar energía durante mucho tiempo y, con eso, vamos a tener el hambre a raya. Por ejemplo, unas patatas fritas o una pieza de repostería.

Lo que sí podemos sentir es que hemos comido mucho, pero esta sensación no va a durar durante mucho tiempo ya que los hidratos de carbono refinados se dirigieren rápido, pasan rápido a sangre en forma de glucosa, y desaparecen igual de rápido dando paso de nuevo al hambre al cabo del tiempo.

Por eso, para aguantar más tiempo sin que aparezca, es mejor mirar alimentos que estén compuestos por proteínas y grasas de calidad, que, a parte de energía, nos aportan una saciedad más duradera. A pesar de que venimos de una era donde se las ha demonizado, la clave está en saber elegirlas bien, buscando optimizar al máximo el aporte de ácidos grasos esenciales Omega-3 y Omega-6, a parte de otros ácidos grasos insaturados.

Además, este tipo de grasas suelen venir acompañadas en los alimentos de fibra y proteínas, lo que aumenta su poder de alejarnos de la nevera por más tiempo y que, con el estómago lleno, podamos tener pleno uso de razón para equilibrar nuestros menús.

Alimentos saciantes ricos en grasas saludables

1. Aguacate

Imagen de archivo de aguacate

Esta fruta, además de venir cargada de nutrientes como vitaminas, minerales (potasio) y fibra, es rica en ácido oleico, el mismo que contiene nuestro aceite de oliva virgen extra que tanta propaganda le hacemos. Por nombrar algunos nutrientes, es rico en vitaminas como el ácido fólico, la vitamina A o la K.

2. Almendras

Imagen de archivo de almendras

Tanto las almendras, como en general los frutos secos, son una gran fuente de grasas saludables además de fibra y proteínas bien acompañadas de vitaminas y minerales. Esto les convierte en una gran opción para desayunos, medias mañanas y meriendas, así como un picoteo saludable cuando aparece el hambre. Eso si, siempre sin sal y tostadas o al natural mejor que fritas.

3. Chocolate negro

Imagen de archivo de chocolate negro

Como lo oyes, a pesar de su mala fama pasada, el chocolate rico en cacao es, además de perfectamente saludable, un gran aliado para mantener el hambre a raya. Evidentemente, con el chocolate, no todo vale. Siempre deberemos buscar las variedades con más de un 75% de cacao y sin azúcares añadidos, ya que lo que nos interesa en cuanto a beneficios se encuentra en el cacao, por lo que, cuanto más, mejor. Puede que al principio su sabor no te guste, pero todo es cuestión de acostumbrarse. ¿A quién le supo bien la primera cerveza?

4. Crema de cacahuete

Imagen de archivo de crema de cacahuete

Un producto que se ha puesto de moda en todas las dietas saludables, “real fooders” y de cualquier fitness que se precie. Es rico en fibra, proteínas y grasas saludables derivadas del cacahuete, otro alimento que ha tenido, hasta la fecha, una mala fama de “engordar”. Pero cuando analizamos esto desde la óptica global de nutrientes y beneficios, y no solo de calorías o cantidad de grasa, nos damos cuenta que es un gran aliado más que un gran villano. Además, tiene una cantidad de vitamina E que es mejor no obviar.

5. Atún en conserva

Imagen de archivo de atún en lata

En general, incluyendo las conservas. No es mal plan una tosta de pan 100% integral con atún y tomate fresco para merendar (y mucho mejor que un bollo, por supuesto). Como buen pescado es rico en omega-3 y proteínas, por lo que tiene todo lo hay que tener para entrar en la lista de alimentos saciantes. Pero más allá del atún, tenemos una gran variedad de pescados para ir variando y ofreciendo al cuerpo lo que necesita. No nos quedemos en la monotonía de la latita de atún.