Los traumatismos dentales son uno de los accidentes infantiles más frecuentes en niños y adolescentes y aunque la inmensa mayoría de las veces son leves y no suelen comprometer gravemente la salud del niño, sí conviene tener en cuenta qué hacer y qué no hacer cuando de pronto nuestro hijo se cae y se golpea los dientes.
Estás tranquilamente en el parque y de pronto el niño se cae y con el golpe, observamos que se le caído un diente al suelo. O está en un partido de tenis y su compañero en un descuido le da un raquetazo…
¡Horror! Y ahora ¿Qué hacemos? ¿Cojo el diente? ¿No lo cojo? ¿Lo llevo urgente al dentista?
- 1. En primer lugar, mantén la calma. El niño estará asustado, llorando, tendrá dolor así que, si estamos serenos y tranquilos, sin ninguna duda ayudaremos a que el niño se tranquilice antes.
- 2. Recoge el diente por la corona, no por la raíz.
- 3. Lávalo con agua o suero fisiológico.
- 4. Nunca lo laves con jabón.
- 5. Si es un diente definitivo, NO DE LECHE, intenta implantárselo de nuevo en su lugar cerciorándote que está en la posición adecuada. En una ocasión me vino a urgencias un niño de 8 años con la paleta implantada al revés, es decir, la parte externa hacia dentro y la interna hacia fuera. Los padres habían seguido todos los pasos pero cometieron un pequeño error y fue implantarlo al revés…
- 6. Los dientes de leche (temporales) no se reimplantan, lo cogeremos igualmente para dejarlo esa noche bajo la almohada y… se lo lleve el Ratoncito Pérez. Al día siguiente os garantizo que el niño llevará mucho mejor el disgusto.
- 7. Si es un diente definitivo y no eres capaz de reimplantarlo, mételo en un vaso con agua, con suero o incluso sumergido en leche entera y acude al odontopediatra.
- 8. El tiempo es oro para salvar la pieza dental: lo ideal es que el paciente sea valorado por un odontopediatra en un plazo máximo de una hora.
- 9. Si el diente no se ha llegado a desprender, pero sí se ha roto un trozo, debe ser valorado igualmente por un profesional.
- 10. Para el dolor, no dudes en darle un poco de paracetamol o ibuprofeno ajustado a su peso.
En ocasiones además se rompen el frenillo del labio superior siendo el escenario más aparatoso aun, porque verás como tu hijo empieza a sangrar bastante y esto, no nos engañemos, siempre asusta un poco.
- De nuevo, mantén la calma.
- Dale unos minutos al niño para que se tranquilice en tus brazos.
- Con una gasa o un pañuelo intenta comprimir suavemente sobre el desgarro, comprobarás como en seguida deja de sangrar.
- Aplica frío local (hielo envuelto en un paño) para bajar la inflamación.
- El frenillo no se sutura, ni hacemos nada con él. No pasa nada. Tranquilos. De hecho, de la caída más tonta se rompen el frenillo labial. Mis dos hijos se lo rompieron de un tropezón absurdo.
- En este caso hay que vigilar encías y dientes, en ocasiones la encía con el paso de los días se inflama, aparece como un granito de pus sobre ella o incluso comienzas a ver cómo el diente cambia de color hacia un tono grisáceo. Ante la duda y sobre todo si el impacto ha sido importante, consulta con un profesional.
Así que ahora ya sabéis qué hacer si por algún casual se les olvida poner las manos en el suelo antes de caer…
¡Mucho ánimo!