Leo sorprendida algunos titulares de periódicos en los que para anunciar la llegada de la gripe utilizan términos como "colegios vacíos", "la gripe se ensaña con los niños", así que no puedo evitar hacer una pequeña reflexión para llamar a la calma.

¿Ha llegado la gripe? Sí, ha llegado. Como cada año.

¿Los niños también tienen gripe? Sí, todos los años los niños son blanco fácil.

Pero, ¿me tengo que preocupar? – me preguntó una madre esta semana en la consulta.

- No nos preocupamos, nos ocupamos. Tu hijo tiene gripe, cierto, como la mitad de los niños que están esperando en la salita de espera; tranquila.

- Ya, pero es que mira cómo está, está hecho un trapo. - me contestó agobiada.

- Efectivamente, esta semana la consulta se ha llenado de niños "trapito", de adolescentes hechos polvo y de padres y madres angustiados ante estas fiebres tan altas. Sí, ha llegado la gripe, no cabe ninguna duda. - le expliqué a la madre serenamente.

- Pero entonces… ¿esta fiebre tan alta es normal? - me preguntó al ver los 39.5º que marcaba el termómetro.

- Sí. La gripe cursa con malestar, mialgias (dolor muscular), cefalea (dolor de cabeza), congestión nasal, estornudos, dolor de garganta, mocos, fiebre alta y tos. A veces en los más pequeñitos sólo observamos, fiebre, decaimiento, algo de diarrea y disminución del apetito.

- Vale, Lucía, y entonces dime ¿con esta fiebre tan alta crees que le podemos dar un antibiótico para ver si mejora antes? - me preguntó.

Os suena esta pregunta ¿verdad?

- No, la gripe es una infección vírica que efectivamente cursa con fiebre alta, pero darle un antibiótico ni acelerará la curación ni mejorará antes; de hecho, podría empeorar.

- Entonces ¿qué hacemos?

- Comprendo tu angustia, verles así nos duele ¿verdad? Estamos acostumbrados a ver a nuestros hijos en un no parar de actividad desde que se levantan hasta que se acuestan y encontrarles así de "tirados" de la noche a la mañana, despierta todas nuestras alarmas. Pero tú quédate tranquila. Solo has de saber dos cosas: ¿cómo puedo ayudarlo? Y ¿cuándo preocuparme? - le dije sonriendo intentando transmitir la calma que en esos momentos necesitaba.

¿Cómo podemos ayudar?

No hay tratamiento eficaz para eliminar al virus. No sirven los antibióticos salvo en contadas ocasiones en las que se produce una sobreinfección, como por ejemplo una neumonía bacteriana o una otitis media. Así que, el tratamiento es sintomático:

Mantén bien hidratado al niño, dale agua con frecuencia para evitar la deshidratación.

Ofrécele comida respetando sus gustos y apetito.

Antitérmicos como el paracetamol si la fiebre genera malestar. Por cierto, no conviene alternar paracetamol e ibuprofeno.

Y… calor de hogar. No lo lleves al colegio ni a lugares con más personas para así evitar, en la medida de lo posible, el contagio.

Enseña a los niños a lavarse las manos con frecuencia y a toser sobre su propio codo y no sobre su mano.

Y ahora vamos con los que nos preocupa como padres:

¿Cuáles son los signos de alarma?

Más importante que saber qué tiene vuestro hijo es diferenciar cuáles son los signos de alarma por los que debéis consultar con vuestro pediatra.

Si tiene dolor de cabeza intenso.

Si la tos empeora con el paso de los días.

Si tiene una respiración agitada, más frecuente de lo normal u observas dificultad respiratoria o pitos.

Si está muy decaído, adormilado y poco activo.

Si le salen manchitas en la piel. La gripe, a diferencia de otras muchas enfermedades víricas de los niños, no produce exantema (lesiones en piel).

Si tras pasados 4-5 días en lugar de mejoría observáis un empeoramiento claro.

¡Ánimo! Ya queda menos. En un par de meses el frío se habrá ido y llegará el buen tiempo donde nos podremos despedir de la gripe… hasta el próximo invierno.

¡Ya queda menos!