Hay quien celebra ya como un éxito que Esperanza Aguirre haya sido imputada por corrupción después de tantos años. A pesar de que es precisamente el tiempo lo que puede correr a su favor. Imputado no es condenado, ni devolver el dinero, ni resarcir a los ciudadanos del saqueo en las cuentas públicas. Llegar a eso es lo mollar y los tiempos cambian, pero el botín sigue en las mismas manos. ¿Dónde está la pasta?

La absolución del PP en el caso del borrado de los ordenadores de Bárcenas refrenda que hay causas que pueden acabar sin culpables. Los aparatos se borraron, se formatearon 35 veces y se rayaron los soportes de almacenamiento. Ocurrió en la sede central del partido en mitad del escándalo de los papeles de Bárcenas. Seis años después, el juez sentencia que no hay pruebas para determinar que lo hicieran para impedir la investigación. Obvio. Nada por aquí, nada por allá. Sorprendido me hallo.

El caso de los ordenadores de Bárcenas pasó por varios juzgados, fue archivado, reabierto, se perdió el sumario… Sí, se extravió en la Audiencia de Madrid. Lo reconstruyeron con documentos que aportaron las partes. También ocurrió que el PP pidió que se suspendiera el juicio aplicando la doctrina Botín, después de criticar a la jueza instructora, intentar recusarla… En fin, que todo fue colaboración con la justicia. Clara, limpia y transparente como un ordenador de Luis. Como una cuenta opaca.

Años después, el llamado "nuevo PP" celebra la victoria en los tribunales. Con razón, porque han sido absueltos. Seguro que los nuevos dirigentes del partido quieren que se esclarezca toda la corrupción. Cuando el nuevo secretario general, Teodoro García, afirmaba este miércoles que la Justicia ha dicho que "el PP es honrado", no se refería a que el partido está condenado por corrupción, por lucrarse con la trama Gürtel, y quedó acreditada su caja B. Pelillos a la mar. Hilitos de plastilina.

Seguro que todos los políticos de bien de este país quieren justicia, rápida, ejemplar y con recuperación de lo robado, cuando el juez señala el presunto saqueo del PP madrileño a la sanidad pública con un porcentaje de pago de las constructoras en hospitales y centros de salud. Seguro que también quieren que paguen los responsables del presunto robo con la Educación, estafando hasta a los profesores con la construcción de colegios concertados.

Estamos convencidos de que Esperanza Aguirre destapó la trama Gürtel y no se enteraba de la Púnica, aunque se robaron millones de euros de las cuentas públicas y el presunto desfalco era en beneficio del PP madrileño, de sus campañas electorales y del bolsillo de algunos dirigentes. El juez señala a Aguirre, la sitúa al frente de lo ocurrido, como supervisora, en organización criminal, pero oye, igual el tiempo se lo afina.

La justicia llega y es igual para todos. Me recuerda a esa decisión del juez que ha absuelto al PP en el caso de los ordenadores, cuando prohibió retransmitir el juicio, porque los acusados no son de notoriedad pública. En esos días, desde el Supremo, se emitían cada día en directo las sesiones del procés, con el argumento de que así cualquiera podía convertirse en observador del procedimiento.

"Hoy, lo único que está destruido por completo es la credibilidad del PSOE, Podemos y de toda la izquierda para acusar de nada al Partido Popular". De credibilidad hablaba así de rotundo Teodoro García, tras conocer la absolución del caso de los ordenadores y a pesar de que los discos duros quedaron destruidos, pero sin culpables. ¿Qué ocurrirá con Aguirre y otros? Pues veremos. Ya lo dejó escrito Rajoy en aquellos mensajes de móvil a Bárcenas: "Tranquilidad. Al final la vida es resistir y que alguien te ayude".