Hay "liberales" con el dinero de los demás, que llevan toda la vida viviendo de lo público. En unos casos, de gorrones. En otros, metiendo directamente la mano en la caja de todos. El caso de Avalmadrid es un buen ejemplo de la gran mamandurria, que diría Esperanza Aguirre. La impunidad, las prescripciones y la barra libre no deberían ser la alfombra que cubra los desmanes en un "chiringuito ideado solo para unos pocos". Así lo ha descrito Ignacio Aguado, vicepresidente y principal apoyo del PP en la Comunidad de Madrid.

Esperanza Aguirre "es cojonuda", decía el entonces presidente de la patronal CEOE, Gerardo Díaz Ferrán. Hoy, sabemos que fue otro de los que se benefició de Avalmadrid cuando la empresa de don Gerardo ya era insolvente. De los 3,3 millones de euros avalados, se perdieron 2,7. Solo alguien tan fan podía lograrlo. Como los 24 millones de euros en créditos que Avalmadrid facilitó a empresas vinculadas a sus consejeros y familiares. Como el préstamo impagado del que se benefició la familia de Isabel Díaz Ayuso, hoy la presidenta.

La Comunidad de Madrid es la principal accionista de Avalmadrid, entidad participada con dinero público. Financiada al 30% por la Comunidad, su fin era ayudar a autónomos y pymes con líneas financieras. Financió a amiguetes, a empresas vinculadas a los propios consejeros, contra el criterio de los técnicos, sin garantías y sin control. La lógica exigiría detallar los millones de euros perdidos, que paguen los responsables, que lo devuelvan, que se asuman responsabilidades judiciales y políticas. ¿Creen que lo veremos?

¿Es casualidad que entre los beneficiados y el dinero no devuelto estén la familia de Díaz Ayuso o los empresarios Díaz Ferrán y Arturo Fernández? Estos dos últimos "emprendedores" fueron donantes de Fundescam, la fundación opaca que el PP de Madrid usó como tapadera para financiar campañas electorales. Los dos están condenados por las tarjetas black de Caja Madrid. Ambos con cargos en la patronal. Los dos eran del club de fans de Aguirre, aunque vamos viendo que pagaban la cuota no solo para ver el partido, sino para levantar los trofeos.

Avalmadrid otorgó 3,3 millones de euros en avales a Gerardo Díaz Ferrán, 15 días después de que el consejero de Economía de la Comunidad de Madrid lo pidiera por carta, tal y como cuenta eldiario.es. Una auditoría señala que la operación se aprobó, contra el criterio de los técnicos, cuando la saqueada Viajes Marsans ya era insolvente. Por su parte, las empresas de Arturo Fernández lograron más de 2 millones de euros en avales. 1,3 no se han recuperado. Tanto Fernández, como Díaz Ferrán se beneficiaron de los créditos cuando sus empresas estaban al borde de la quiebra. Siempre ha habido clases. No olviden que don Gerardo nos decía que de la crisis se salía "trabajando más y cobrando menos".

Es curioso que al frente del principal accionista de Avalmadrid, la Comunidad, esté hoy Díaz Ayuso, que medió por la empresa familiar beneficiada con otro crédito impagado. También contra el criterio de los técnicos, también con una empresa al borde de la quiebra, hubo un préstamo y el dinero no se recupera. Hablamos ya de medio millón de euros. El padre de la hoy presidenta de Madrid dimitió de sus cargos en la empresa y, 48 horas más tarde, donó las propiedades que habrían sido embargadas por impago. Isabel Díaz Ayuso se quedó con un piso y la mitad de una oficina.

Avalmadrid depende hoy del gobierno de Díaz Ayuso, que acaba de incorporar como alto cargo a un exconsejero de la entidad investigada, expedientado por el Banco de España. Otro hombre, el ex presidente de Avalmadrid, es hoy consejero de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, el regulador bursátil, nombrado durante el gobierno del PP. Es solo algún rastro de por dónde andan. Mientras, Isabel Díaz Ayuso, nueva presidenta, afirma que su familia "tuvo que afrontar problemas económicos como lo hace la inmensa mayoría de los españoles". ¿Está segura? Porque, si así fuera, esto sería la cueva de Alí Babá. Y ya sabemos que para algunos esto sería "cojonudo".