La derecha y la extrema derecha se han puesto de acuerdo para gobernar Madrid. A pesar de tanta corrupción, de Púnica, Gürtel, Lezo, el saqueo con el Campus de la Justicia, los fondos buitre, los contratos amañados, la caja B o las campañas electores adulteradas. Tras 24 años seguidos en el poder, el PP cuenta ahora con el apoyo de Ciudadanos, que prometía regenerar la política, y con la ultraderecha de Vox, dando lecciones de libertad.

Hay liberales viviendo siempre de lo público. Es decir, del dinero de los demás. Esperanza Aguirre lo llamó "mamandurrias". Si lo sabría ella... Esos "chiringuitos" de los que desconocemos su aportación concreta al bien común, pero donde anidaron con buenos sueldos Isabel Díaz Ayuso o Abascal. Hoy es día de fiesta en el aguirrismo y en el aznarismo. Los chicos se han hecho mayores y suman con Ciudadanos, que venía a traer aire fresco, pero igual era para ponerle al PP un balón de oxígeno.

Es la triple alianza de la derecha soñada por Aznar. Ellos lo llamaron pactos de perdedores, pero ahora es todo por la patria. Y por Venezuela, Irán, Cuba y digamos también mucho ETA, mucho comunistas, bolivarianos, independentistas y que nosotros somos los guerreros de la libertad. Sin ira, libertad. También libertad para los que se llevaron el dinero a Suiza, o al altillo, o al ático, o a los volquetes... Todos liberales. Y como la justicia es igual para todos, todos en la calle y para todos libertad.

Con ese descaro de la escuela de Aznar, Aguirre, González o Granados se puede acusar a los demás de "tener las manos manchadas de dictadura", siendo del partido al que pillaron con las manos en la saca, fundado por un ministro franquista, que pacta con esa extrema derecha que afirma que "Franco fusilaba con amor", la Guerra Civil "la provocó la izquierda" y el caudillo "no era un dictador". También se puede predicar mucha libertad llegando a gobernar gracias a partidos que lanzan mensajes contra las mujeres, los gays o los inmigrantes.

El gobierno de la "libertad" llega a Madrid después de oír a los dirigentes de Vox que "las mujeres tienen derecho a cortarse las uñas, pero no a abortar", que "hay que sacar las fiestas del orgullo fuera del centro de la ciudad", que en los centros de enseñanza pública se imparte "zoofilia", que hay que levantar "muros" contra los inmigrantes... Son discursos que abonan semillas de exclusión y odio. Con ellos suman PP y Ciudadanos. ¿Esta es la libertad?

En Vox piensan así y no lo esconden. Son "la extrema derecha", según nos dijo Pablo Casado. Podría hablar igual de claro Díaz Ayuso, no para sumar con ellos, sino para explicarnos el caso del préstamo de Avalmadrid, las sospechas de alzamiento de bienes por quedarse con propiedades familiares en riesgo de embargo, el impago del IBI, su relación con cabecillas de la trama Púnica o sus funciones en Madrid Network, la entidad opaca regada de subvenciones, creada en los tiempos de Esperanza Aguirre, donde la creadora de la cuenta de Twitter del perro Pecas cobraba 4.219 euros netos al mes.

Esto es lo que hay y esto es lo que viene, pero ojo: la derecha y la extrema derecha se han puesto de acuerdo para que haya gobierno en Madrid. 22.000 millones de presupuesto, reparto pactado de consejerías entre PP y Ciudadanos y un listado de exigencias de Vox para que Díaz Ayuso sea la presidenta. A pesar de la corrupción, de los mensajes contra las mujeres, los gays, los inmigrantes y los intereses de cada partido. Las tres derechas han sumado. ¿Qué pasará en la Moncloa? El culebrón del gobierno central se prolonga. Con divisiones, guerras de relato, puñaladas traperas y más sensación de golpes bajos electoralistas, que de altura de miras para la formación de un gobierno progresista que los votantes eligieron y merecen. ¿Cuál será la respuesta al derechazo?