Hoy escribiré con traductor. No es lo mismo hablar con acento andaluz que hablar andaluz. Por eso, explico: darse una felipa, en algunas comarcas de Sevilla, es darse un atracón, de frutas más que nada. Ahora, traducción inversa: ponerse púo o darse una pechá. Eso es lo que ha hecho Pedro Sánchez: darse una felipa, en este caso, de Felipe.

La comisión de investigación parlamentaria sobre el papel de los gobiernos presididos por Felipe González y la creación de los GAL-Cal para podemitas-, no ha salido adelante. Y no porque se haya opuesto la oposición, no, es porque la oposición lo ha impedido, con el concurso del de la felipa. A saber: PSOE, PP y la extrema derecha lo han impedido .

Sonaba de fondo la melodía de la CIA inculpando a Felipe González, sonaba que no hay en la CÍA nadie de Unidas Podemos, se supone; sí en la Comisión de secretos oficiales, pero, ya se ve, tanta inquietud por la presencia del vicepresidente Iglesias en las cosas domésticas y salta la familia, la CIA, como siempre, en Navidad.

Adriana Lastra, a quien profeso admiración y respeto, ha salido al ruedo para afirmar que todo ya se sabía y que el PSOE está en contra de toda forma de terrorismo. Bueno, no sé, ya no sé si González es más simpatizante que militante, si es más colombiano que español, o si se puede ser militante de un partido de gobierno, que los tuyos reconozcan tu papel y que tú sigas erre que erre contra el gobierno a favor de tus mandantes, cada día más decepcionados por tus fracasos.

Y Unidas Podemos. Echenique había dicho que no, que ya lo sabían y que ellos mismos hablaron de cal, pero, al final, la jindama electoral vasca los ha rectificado.

Quizá unos y otros coaligados pensaran que un favor a González es una deuda que hay que cobrar, que a nadie le gusta ir Congreso a que te pongan colorado y te den pena de pasillo televisivo. Es posible, pero, después de todo, el retrato es para el PSOE y el negativo para UP. La verdad es que González, de pronto, se ha quedado callado, aunque en sus cenas vargasllosianas capitalinas aseguran sus conmilitones y concomilones que acusaba el nerviosismo.

Y pocos días antes, Felipe González había afirmado que el gobierno de coalición era el Camarote de los Hermanos Marx. Un lío le parecía, un quilombo, un paisaje pinto, una algazara. Bueno, pues resulta que para gallopinto, hablo ahora en caribeño, la oposición: su partido de sus amores y temores, la derecha de su colega Aznar y la extrema derecha -con militares encastrados, claro- de su parte. Ay, si viviera Willy Brandt. Un chistoso diría el Camarote de los Hermanos Gal, pero no estamos para chistes porque, como dice Lastra, estamos en contra de toda clase de terrorismo .

En el camarote había demasiada gente y pintas, como en la oposición más Sánchez. Un Village People: socialistas, fontaneros, ayudantes, limpiadoras, camareros, manicuras pero el jefe era el jefe, el que permitía que el camarote rebozara. Y luego se evaporaba.

De fondo se oía: “y dos huevos duros”, frase hecha famosa por Felipe González, pero faltaba el añadido del garitero: “mejor que sean tres”. Qué jartón, qué felipa de huevos duros.