La liga española carece de competitividad. Se puede adivinar en septiembre y al 50% qué equipo ganará La Liga: el Barça o el Madrid.

Así ha sido los últimos 20 años, salvo contadas y heroicas excepciones. Una liga con dos superpoderosos y una escasa clase media, predecible y carente de estímulos si no eres culé o madridista. O incluso aunque lo seas, porque al final los seguidores de los poderosos también se aburren de una liga que es un paseo para sus escuadras.

¿Qué emoción puede deparar para un seguidor del Valencia, del Betis o del Depor una liga donde está todo dicho? Tan solo aspirar a un puesto en Europa, tal vez en una competición continental encuentre el aficionado de un club modesto el triunfo que La Liga le niega. Esto es malo para el futuro del fútbol en general y La Liga en particular. Hay que mejorar la competición para incrementar su interés, háganlo por el fútbol.