Unos desgraciados, que además de no poder pagar la "mordida" para escapar de la guerra en Cuba y Filipinas, como hacían los hijos de las familias bien, fueron olvidados y sufrieron la incompetencia, corrupción, abulia y falta de valor de sus políticos y jefes militares.

Esos fueron los héroes de Baler. Gente de extracción humilde que merecen un reconocimiento. Pero no sólo por sobrevivir a las balas filipinas, la enfermedad o el hambre, también al olvido (literal) de sus responsables.

Almeida habla de "gesta militar del glorioso ejército español" , olvidando o queriendo olvidar que el ejército patrio en Filipinas de glorioso, poco. Era una mezcla de soldados nativos descontentos, reclutas forzosos y oficiales ineptos que abandonaron un destacamento completo con las prisas por abandonar el archipiélago.

Poca gloria para un ejército que salía de la colonia con el morro caliente tras durarle medio asalto a la poderosa armada yanqui. Eso sí. A pesar del ejemplo de sus políticos y mandos, los chavales de Baler aguantaron el chaparrón durante un año contra casi mil filipinos cabreados dando la única nota heroíca a un desastre colosal.

Pena que la escultura de Chamberí no cuente toda historia completa...