En Asturias, País Vasco o Cataluña, zonas donde la industrialización ha sido mayor, se levantaron durante los siglos XIX y principios del XX infinidad de edificios, fábricas, infraestructuras y otros elementos que hoy forman parte del patrimonio industrial.

La mayoría de esos edificios cuentan con algún grado de protección, pero la gran mayoría sufre el abandono y la desidia institucional. Auténticas catedrales de la revolución industrial se caen a pedazos entre el desconocimiento de los ciudadanos, el miedo a no saber sacar provecho a grandes construcciones (a veces en el centro de las ciudades) y el poco interés de los políticos en nuestra historia reciente.

Quién quiere conservar una fábrica o un silo en una zona de expansión pudiendo laminarla y levantar unos bloques impersonales pero de jugoso beneficio. Ciudades como Hamburgo convierten naves y almacenes portuarios en nuevas zonas de oportunidades, repletas de edificios que hablan del pasado industrial y portuario de la ciudad. Que le dan sabor y una imagen única frente la uniformidad de los nuevos barrios.

Torres antiaéreas de hormigón son conservadas en pleno centro y reutilizadas cómo centros culturales y salas de conciertos (a prueba de bombas). En España, excepto honrosas excepciones, somos más de tirar, o esperar que colapsen por pura desidia joyas arquitectónicas de nuestro reciente pasado fabril.

Un ejemplo es esta maravilla del neo-regionalismo del año 24 sita en un muelle de Bilbao. Los vecinos la llaman "la catedral" por su tamaño y majestuosidad. El primer silo de cereal de España. Un impresionante y precioso edificio industrial de 1924 que esta en el catálogo de patrimonio industrial. Obra protegida desde el 99 y sobre la que las instituciones han hecho muchos planes...ninguno concretado.

Esa zona de Bilbao espera una profunda transformación en los próximos años...pero aun no se adjudica uso ni presupuesto para asegurar la supervivencia de ese trozo de la pujante historia industrial vasca.

Si no se llama la atención sobre su estado corremos el peligro de que la fábrica de molinos vascos acabe víctima de la piqueta. Como los talleres de la Babcock, como la fábrica Basconia, como los cargaderos de mineral que jalonaban la ría... esos edificios tienen mucho pasado. Y si les damos una oportunidad, aun más futuro.