Desde hace ya once años se celebra durante un sábado de abril y por todo el mundo el 'Record Store Day'. Homenaje a aquellas pequeñas tiendas independientes que aun expenden rodajas de vinilo en cualquiera de sus formatos: singles de 7"o LPs de 10 o 12 pulgadas.

Templos supervivientes de las descargas ilegales, la piratería o la masiva llegada del CD, ese formato digital que venía para quedarse y que prometía capacidad y calidad definitivas y que 30 años después se ha desvelado como un fraude caduco incapaz de dar calidez a la música.

Nostálgicos y románticos que se negaban a abandonar en un rastrillo sus amados vinilos y quienes les surtían de tan raro formato han superado la travesía por el desierto que supuso la llegada del CD conservando su colección para encontrar un nuevo maná en forma de múltiples y cuidadas reediciones.

Aquellos que sucumbieron a la modernidad y regalaron sus LPs lloran ahora su falta de fe y la perdida de discos originales que ahora cotizan al alza. Muchos corren ahora a llamar a exnovias, guarda-muebles o antiguos y avispados amigos depositarios de toneladas de grandes discos...sólo algunos lograrán recuperar sus tesoros.

Los demás, deberán peregrinar a las tiendas de discos a recuperar aquellas portadas grandes y coloridas que marcaron su adolescencia, los libretos con las letras y aquella maravillosa liturgia que era abrir un disco, limpiarlo con mimo, hacerlo girar sobre un plato... y ¡esperar a que te envuelva la magia!