La publicidad electoral en unas generales queda siempre en las conservadoras manos de los partidos y solventes empresas de comunicación. Nunca hay grandes sorpresas: campañas planas y predecibles sin concesión alguna al riesgo. Pero cuando llegan unas municipales la creatividad se dispara. La necesidad de llevar al votante el programa de cada partido, plataforma, grupo independiente o coalición con limitados recursos dispara la imaginación hasta el infinito en campañas llenas de sorpresas y desacomplejada alegría.

Hoy traigo una pequeña muestra de esa desbordante inventiva que atesoran muchos de nuestros candidatos a alcalde. Un ramillete de genuinas obras de arte por y para el pueblo. Aún no existe el galardón que premie tanto esfuerzo intelectual pata rascar un voto, pero estoy convencido de que festivales como El Sol acabarán incluyendo una categoría para premiar algunas de las maravillas que vamos a contemplar. Disfrute de las siguientes píldoras amigos, ¡el protagonista podría ser su próximo alcalde!