Tras haber pasado la crisis vemos muchos titulares sobre España como gran potencia en Europa. La gran diferencia es que tras la crisis hay una infancia absolutamente llamada a la pobreza y que además esa pobreza es hereditaria. Me aterra que en esta crisis haya salido tanta gente perjudicada, tantas familias que no pueden cubrir las necesidades básicas de sus hijos.

Esa no es una España para presumir, la España para presumir es la que sepa integrar a la gente, la que acabe con esas diferencias y con la brecha que se ha producido en una crisis. Es fundamental poner en el centro de nuestra política que nuestros niños y niñas, que la infancia de nuestro país tiene que tener un futuro de igualdad.

Dejemos de presumir de una España potente para hacer de verdad una España potente en los derechos de sus ciudadanos y sobre todo de su infancia.