Pocas situaciones criminógenas provocan un grado de desasosiego tan alto como el que se sufre cuando te entran a robar en casa. Asumir que tu intimidad y la de los tuyos ha sido subvertida por extraños, nos aboca primero al pánico, después, al desconsuelo. Ese sentimiento se ha extendido en la medida que, de una forma exponencial, han aumentado los robos en pisos, sobre todo, en las grandes ciudades y, en especial, en aquellas zonas o barrios habitados por ciudadanos con un alto poder adquisitivo.

Robos disparados

Los robos en viviendas deshabitadas, es decir, con los inquilinos fuera del inmueble, han crecido un 10% en Madrid, un 14% en la Comunidad Valenciana y casi y 35% en Barcelona. "Baterías" de ladrones georgianos, albanokosovares, chilenos y españoles, se reparten el pastel de este negocio criminal, según fuentes policiales.

Futbolistas, un objetivo goloso

Uno de los objetivos preferidos de estos criminales tiene nombre y apellidos: los jugadores de fútbol de los grandes equipos españoles.

Al menos nueve jugadores del FC Barcelona, cuatro del Real Madrid y dos del Atlético de Madrid, el Sevilla y el Celta, han sido víctimas de robos en sus millonarias casas. Los ladrones sabían a dónde iban, lo que iban a encontrar y dónde podían encontrarlo. Pero… ¿cómo obtienen, estas "baterías", la información acerca de sus "objetivos"?

La respuesta de la policía y de los círculos próximos a los propios ladrones es coincidente: por un lado, una cierta incontinencia de los futbolistas y sus familiares a la hora de publicar datos e imágenes de su intimidad en las redes sociales. Y, por otro lado, ambas fuentes apuntan a que son las parejas de los futbolistas "los cebos" que utilizan los ladrones para obtener datos fundamentales de cara a perpetrar los robos.

Placaje a las mujeres

Algunos albanokosovares no solo las someten a seguimientos, sino que llegan, incluso, a inscribirse en los mismos gimnasios que ellas. En ocasiones, los ladrones inscriben, en esos mismos gimnasios, a mujeres pertenecientes o vinculadas a la organización criminal que llegan a establecer relaciones de "amistad" con las esposas de los famosos futbolistas.

"Las víctimas", lógicamente sin saberlo, les facilitan datos sobre sus domicilios y sobre las rutinas familiares, una información que los cacos utilizan para perfilar y concretar los asaltos.

De noche, con lluvia

Las mismas fuentes apuntan a que los robos se suelen perpetrar en fin de semana, por la noche y, a ser posible, en días lluviosos. Se tratan de "baterías" de 4 miembros: dos son los autores materiales del asalto, un tercero permanece en los aledaños de la vivienda en tareas de vigilancia y un cuarto componente del comando criminal espera en el coche para emprender la huida.

Los ladrones suelen esconder (enterrar) las herramientas que van a utilizar para reventar las puertas o ventanas o, incluso, las que van a emplear para inutilizar, en la mayoría de los casos, las alarmas de la casa que van a asaltar. Todo ello, lo dejan escondido en las inmediaciones de la vivienda que tienen como objetivo.

Así pues, nunca las llevan consigo el día del robo. De este modo, evitan sospechas si resultan identificados o interceptados por la policía cuando van camino de su "objetivo".

'Perrero' incluido

Según fuentes próximas a estos ladrones, "las baterías" más profesionales disponen, también, de la figura del 'perrero', un adiestrador de canes que los acompaña cuando en la casa que van a robar hay perros guardianes. Ese adiestrador entretiene a los animales sin necesidad de lanzarles carne envenenada para neutralizarlos. Mientras tanto, los otros ladrones consuman el robo.

Expertos en joyas

Albanokovares y chilenos solo buscan dinero y joyas. Ese botín se vende con una rebaja de su precio de tasación de casi el 80%. Los receptadores y peristas colocan después esas joyas en el mercado negro.

En algunos robos, la policía ha constatado como estos grupos, de verdaderos expertos, solo se han llevado las joyas de valor dejando la bisutería en el lugar donde la han encontrado.