El 24 de agosto de este año, la vida de una mujer y sus cinco hijos se truncó en un abrir y cerrar de ojos en pleno centro de Marbella. Esa noche dos vehículos policiales interceptaron el coche que conducía su marido el empresario Jamal O. Ocho hombres uniformados lo arrancaron del volante a porrazos y lo secuestraron. El Muro aporta imágenes de esa aparente detención que en realidad es un secuestro de película.

¿Secuestro u otra cosa?

Han pasado dos meses y nadie sabe nada de Jamal. Su mujer recuerda los hechos: "Íbamos hacia casa después de visitar Puerto Banús, cuando dos coches de policía nos dieron el alto. Se cruzaron ante nuestro vehículo y a punta de pistola bajaron a mi marido. Le pegaron y le pegaron. Yo solo escuchaba los gritos de aquellos hombres, se lo llevaron y desde entonces no sé nada de Jamal".

Enturbiar la imagen

Desde aquel día los teléfonos de la mujer de este empresario y de sus hermanos viven una eterna espera, pero nadie llama. "Algo muy extraño", según fuentes policiales conocedoras del caso. La prensa marroquí se apresuró a vincular el hecho a un secuestro con motivación económica.

"La Policía no nos explica nada. Somos víctimas y nos tratan como culpables"

La esposa de Jamal

Los artículos que se pudieron leer este verano al respecto parecen más encaminados a enturbiar la imagen y la reputación de Jamal que a, por ejemplo, presionar a las autoridades policiales españolas para una rápida resolución del altercado. La prensa marroquí llegó incluso a poner una cifra. Un dato que la familia ignora totalmente. Pero lo cierto es que nadie ha pedido un rescate. No han sabido nada de él desde entonces. Todo muy raro. Muy sospechoso. Material de primera mano para una novela de Le Carré. ¿Se trata de un secuestro del hampa o una operación encubierta de motivaciones inescrutables?.

Cosa de profesionales

La Policía Nacional abrió una investigación. Los primeros testigos relataron que el secuestro fue propio de una película de espías y mafiosos camuflados de policías. Se trataba de profesionales que se habían hecho pasar por policías y que se habían llevado a Jamal en cuestión de segundos. Pasan los meses y la investigación parece estancada. "La Policía no nos explica nada. Somos víctimas y nos tratan como culpables", solloza la esposa.

Jamal es holandés, aunque sus orígenes están en Marruecos, cuya prensa no tardó en vincular el secuestro de este empresario con la figura de su tío, también empresario, afincado en Holanda, y persona muy contestataria con la monarquía del rey Hassan. Tanto es así, que el país alauita trata de capturarlo desde hace años pero Holanda niega su extradición por ausencia de base jurídica ni de indicios criminales en la petición marroquí.

"El tema está muy enrevesado pero no descarto que una mano negra en Marruecos esté interesada en convertir a Jamal en un delincuente para, así, indirectamente, continuar con la batalla contra su tío", señalan fuentes policiales españolas consultadas por El Muro.

Nada que ver

La familia de Jamal recuerda que este empresario no tiene antecedentes penales y que no tiene nada que ver con la actividad política de su familiar. La familia, tras dos meses de silencio, ha puesto en marcha un teléfono a través de sus abogados para que cualquiera que tenga información pueda comunicarla directamente a la familia. Es el 617941095.