El historiador Michael Burleigh establece una metáfora que ayuda a comprender el proceso de adaptación, asimilación y anestesia que vivió la sociedad alemana para ir aceptando poco a poco un proceso de deshumanización de la alteridad sin que la ciudadanía fuera plenamente consciente de las medidas y actuaciones que la despojaban de derechos. Burleigh habla del proceso de nazificación como la construcción paulatina de un puente que los viajeros de un tren observan día a día en su rutina laboral, todos en su cotidianeidad pasan junto a la construcción del puente sin prestarle demasiada atención hasta que un día está construido. Todo ha pasado frente a sus ojos, cada día, pero lo han ido asimilando poco a poco hasta digerirlo sin poder hacer nada cuando ya estaba finalizado.

Rocío Monasterio hizo en la comparecencia una aseveración que ha pasado desapercibida en la mayoría de los medios de comunicación. A preguntas de una periodista y de forma muy atropellada enunció la serie de artículos que quiere derogar de las leyes de protección LGTBI y del colectivo trans. En esa atribulada retahíla de Monasterio se encuentra la banalidad del mal. Una simple enunciación numérica de un articulado que esconde un profundo odio al distinto y que ha pasado desapercibida. Como pasaban las leyes que excluían y segregaban a cualquier colectivo. En la mayoría dle debate público se ha hablado de una serie de artículos. Sin incidir. Como un pie de nota en la historia.

Pero concretemos. Porque lo que VOX propone es profundizar en la denegación del principio mismo de ciudadanía de aquellos a los que considera enfermos y preceptivos de ser tratados. El establecimiento de unos ciudadanos que no merecen la misma consideración que ellos. En definitiva, la deshumanización paulatina haciendo aceptable que sean objeto de una negociación política los derechos humanos del colectivo LGTBI.

Rocío Monasterio con su voz monacal y su sonrisa pacata y cínica de ursulina cruel ha propuesto la derogación del artículo 5 de la Ley 2/2016, de 29 de marzo, de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación de la Comunidad de Madrid. En ese artículo que VOX quiere eliminar se garantiza la "no discriminación por motivos de identidad de género, expresión de género o características sexuales". Ese artículo expresa que ninguna persona podrá ser objeto de discriminación, acoso, penalización o castigo por motivo de su orientación sexual. Lo que VOX quiere es discriminar.

Otro de los artículos que VOX quiere eliminar para sentarse a negociar con PP y Ciudadanos es el que dice que para "evitar situaciones de sufrimiento" la CAM proveerá de las acreditaciones acorde a su identidad de género a quien lo precise y que las autoridades tratarán a las personas acorde a su identidad para respetar su dignidad y su privacidad. Rocío Monasterio no tiene intención de evitar el sufrimiento de quien considera indigno de ser ciudadano, así que ve preciso eliminar estas medidas destinadas a hacer la vida más fácil de nuestros vecinos. Los muy católicos miembros del partido de extrema derecha proponen también la eliminación del artículo 10, que trata de una serie de medidas contra la transfobia entre las que se encuentra el control de todos aquellos mensajes que inciten a la violencia por motivos de orientación sexual o identidad de género en medios de comunicación públicos o privados.

De la Ley 3/2016, de 22 de julio, de Protección Integral contra LGTBIfobia y la Discriminación por Razón de Orientación e Identidad Sexual en la Comunidad de Madrid piden derogar el artículo 40 dedicado a evitar la discriminación en el empleo. En este punto de la ley se especifica que ninguna persona podrá ser discriminada en el acceso al trabajo por su diversidad sexual y de género.

Pero no se quedan en denegar los derechos de estos colectivos. Van más lejos. La ley incluye un apartado de infracciones y sanciones administrativas para todo aquel que conculque cualquiera de los derechos establecidos en el texto. VOX quiere eliminar todas estas sanciones, incluidas aquellas que sancionan despedir a un trabajador por su orientación sexual, aquellos comportamientos agresivos o de acoso contra el colectivo LGTBI, golpear o maltratar a otra persona por su condición sexual o causar daños en los bienes inmuebles de una persona por razón de su orientación sexual o identidad de género. VOX está proponiendo que no es necesario sancionar pegar a una persona por ser gay, o despedirla por ser lesbiana, o destrozar su vivienda por ser trans.

El escritor Jason Stanley comentaba en El País la historia de su abuela, que ayudó a escapar del campo de concentración de Sachsenhausen a multitd de prisioneros. El autor explicaba cómo ella hablaba en sus escritos de una retórica de odio específica que iba calando poco a poco y conformaba una realidad. La palabra siempre es performativa. Un discurso siempre es la antesala de la acción.

Rocío Monasterio está deshumanizando a nuestros vecinos. Está proponiendo despojarlos de sus derechos y transmitiendo y legitimando con su discurso que es aceptable pegarles una paliza. Porque ya no importa si tiene capacidad para llevar a cabo medidas de mayor calado contra el colectivo LGTBI, se considera con la fuerza suficiente para expresar en público que tienen menos derechos. VOX está construyendo el puente frente a nuestros ojos con muchos silencios culpables y colaboraciones cómplices.