Ayuso tiene un plan claro, marcado y nada oculto. Solo la resistencia de quien cree en la sanidad pública como el máximo capital de la clase trabajadora, de los más humildes, podrá pararlo. Ayuso quiere comerciar con la salud de la clase trabajadora, vender al enfermo al mejor postor, y que solo se cure si puede pagarlo. Ayuso necesita asegurarse de que la sociedad madrileña se rija también en la sanidad del mismo modo darwinista que en el resto de espacios. Con la educación ya lo ha logrado, prospera y mejora su situación laboral quien puede pagárselo, quien puede permitirse pagar por una posición, y ahora va a por la sanidad. El objetivo es garantizar que los ciudadanos de menos recursos tengan menos posibilidad de sobrevivir más allá de su vida laboral efectiva. Lo expreso de manera más clara para que no haya espacio a la interpretación. Isabel Díaz Ayuso quiere que la clase obrera muera antes tras dejar de ser un bien activo y así deje de consumir recursos cuando ya no es productivo. Ayuso busca con la erosión de la sanidad pública que la esperanza de vida en buena salud tras la jubilación se reduzca y que se acerque a la vida laboral efectiva. Quitarse de en medio por dejación, de la misma manera que ocurrió en las residencias, a la clase obrera improductiva negándoles derechos básicos de salud, haciendo que tengan que pagarlos o destruyendo la calidad de la atención para que los pobres madrileños mueran antes.

En la manifestación sobre la sanidad me abordaban ciudadanos que me preguntaban cómo era posible que hubiera gente humilde que defendiera a Ayuso cuando está expoliando la sanidad pública y no tienen dónde caerse muertos ni pagar por un seguro privado que no le deje tirado a la primera dolencia médica. Es sencillo, no creen que Ayuso vaya a dejarles sin sanidad pública, creen que es un invento y que ese derecho está garantizado por vía natural. Porque no hay un solo ciudadano de clase trabajadora que votara a Ayuso si creyera que va a dejar de darle el servicio que la sanidad pública le daba hasta ahora. La alienación está provocada por una estrategia difamatoria de los sanitarios que protestan y de todos aquellos que informamos de un proceso continuo y paulatino de vaciamiento de los servicios públicos sanitarios para derivarlos a la sanidad privada y hacer negocio con la salud de los ciudadanos madrileños. Su estrategia es negar la eliminación de la atención sanitaria pública mientras por la vía de los hechos lo va consolidando.

La ley de Medidas Urgentes para el Impulso de la Actividad Económica y la Modernización de la Administración de la Comunidad de Madrid que fue aprobada el 22 de diciembre de 2022 busca la implantación de la implementación de una historia clínica unitaria de los pacientes entre la sanidad pública y la privada. El objetivo es vender a la sanidad privada el bien más preciado de los pacientes, sus dolencias, sus enfermedades y la posibilidad de salirle caro a la aseguradora en el caso de que quieran contratar un seguro privado. El negocio de la sanidad privada es hacerle seguros a gente sana, por lo que lograr acceso a los datos médicos de los ciudadanos madrileños es el modo rápido para lograr que no se les cuele ningún enfermo crónico o grave. De ese modo se garantizan que la depauperación de los servicios públicos de sanidad, que les asegura un flujo constante de clientes que buscan premura en la atención cuando tienen un problema, no les lleve también a los ciudadanos defectuosos, que son todos quellos que no pueden pagar, o los que pueden pero salen demasiado caros por no ser rentables debido a sus patologías. El objetivo es segregar por renta y enfermedad. Una atención sanitaria de calidad para ricos y sanos, que serán atendidos por la privada sin ser molestados por pobres y enfermos que hacen esperar a los privilegiados en salas de espera, y otra para pobres y frágiles, que tendrán que servir como carne de experimento malthusiano al plan de apartheid sanitario de Isabel Díaz Ayuso.

El pensamiento sociópata de Ayuso es crear una región donde solo sobrevivan los más fuertes en términos capitalistas. Que en Madrid solo vivan aquellos que tienen recursos para garantizarse la supervivencia al margen de los servicios públicos y que la mayor parte posible de la mano de obra que garantiza los servicios en Madrid llegue de Guadalajara o Toledo. Que el proletariado llegue de otras comunidades, del mismo modo que acude a La Moraleja, y así los servicios públicos se los garanticen otros mientras su plusvalía se queda en su comunidad. El plan es convertir Madrid en una zona excluyente para la clase obrera, una 'no-go zone' para pobres, dificultar de todas las maneras posibles su vida para que se vayan cada vez más lejos y así no tener que gastar un tercio del presupuesto en curar las enfermedades que los pobres padecen trabajando. El plan de Ayuso, del que la destrucción de la sanidad es el pilar básico, es hacer invivible Madrid para todos aquellos que no tienen recursos suficientes para ahorrarse sus exenciones de impuestos para ricos.