Este nuevo informe titulado “¿Estamos cuidando la visión en la ´nueva normalidad´?” analiza si la salud visual ha mejorado tras tres meses en libertad con restricciones, estudiando si ha remitido la sintomatología de problema visual, si se ha acudido a revisar y si hemos recuperado nuestros hábitos de vida antes de la pandemia.

La primera conclusión importante del estudio ha sido ver cómo existe una gran diferencia entre lo que decimos que haremos y lo que finalmente ocurre. “Tras el confinamiento, siete de cada diez personas anunciaron que revisarían su visión debido a las molestias y la sintomatología percibida. El 54,2% dijo que lo haría durante el verano. Ahora, tres meses después, vemos que solo el 18,2% de la gente ha acudido realmente a revisión”, explica Salvador Alsina, presidente de Visión y Vida.

En segundo lugar, durante el periodo de confinamiento se detectaron ciertos cambios en nuestros hábitos de vida, derivados de la falta de libertad y movimiento, que nos obligó a estar más tiempo en casa. Ahora, en la “nueva normalidad”, se observa que, aunque el 44,7% de la ciudadanía ha vuelto al trabajo o nunca ha dejado de ir (y el 18,8% combina ambas opciones), solo uno de cada tres ha logrado reducir su tiempo de uso de pantallas a los niveles de antes del Covid. Sin embargo, la mitad de la población (48,6%) sigue pasando entre dos y cinco horas más al día ante dispositivos electrónicos.

En lo relativo a los más pequeños, que han sido los grandes perjudicados de esta pandemia, la Asociación Visión y Vida ha visto cómo sigue existiendo un gran desconocimiento en lo que se refiere al cuidado de su salud visual.

Teniendo en cuenta que el estudio previo demostró que la mitad de los niños (50,3%) ha estado entre cuatro y ocho horas al día ante dispositivos electrónicos (el 22,1% más de ocho horas), solo una de cada cuatro familias realizó una revisión visual a sus hijos para preparar la “vuelta al cole” y comprobar si el sistema visual se había dañado durante el confinamiento.

Este estudio indica que, en la actualidad, solo cuatro de cada diez familias tiene la costumbre de revisar anualmente el estado de la visión de sus hijos y que, en el caso de los adultos, existe un 29,2% que manifiesta irá a revisión antes de que finalice el año.

Finalmente, Visión y Vida también ha querido detectar con esta actualización del estudio si el hecho de haber disfrutado de un periodo vacacional y de descanso durante el verano nos ha permitido relajar el estrés visual al que hemos sometido al sistema visual y, con ello, ha descendido el porcentaje de población que percibe molestias como lagrimeo, sequedad ocular, ojos rojos, visión borrosa o problemas de enfoque en distancias cercanas.