Una alta exposición de antibióticos orales comunes está relacionado con un mayor riesgo de enfermedad de Parkinson, según el estudio de los investigadores del Hospital de la Universidad de Helsinki (Finlandia, que publica la revista 'Movement Disorders'.

El estudio comparó la exposición a antibióticos de 13.976 pacientes con Parkinson durante los años 1998-2014, con 40.697 no afectados de la misma edad, sexo y residencia.

Los resultados señalan que el uso excesivo de ciertos antibióticos puede predisponer a la enfermedad de Parkinson en 10 o 15 años debido a los efectos disruptivos en el ecosistema microbiano intestinal.

El líder del equipo de investigación, el neurólogo Filip Scheperjans, del Departamento de Neurología del Hospital Universitario de Helsinki, explica que la enfermedad de Parkinson puede originarse en el intestino, y posiblemente estar relacionado con cambios microbianos años antes del inicio de los síntomas motores típicos de la enfermedad, como la lentitud, la rigidez del músculo y temblor de las extremidades.

Comenta también que, a pesar de que se conocía que los pacientes con Parkinson tienen una composición bacteriana del intestino anormal, no estaba clara que fuese esta la causa, y que con su estudio se demuestra que algunos antibióticos influyen fuertemente en la microbiota intestinal, un factor influyente.

Además, la exposición a antibióticos y el cambio en el microbioma intestinal se asocia también a un mayor riesgo de enfermedades como trastornos psiquiátricos y a la enfermedad de Crohn.

Este hallazgo puede tener implicaciones en las prescripciones de antibióticos en el futuro, en la resistencia a estos y en la prescripción de antimicrobianos, puesto que se deben tener en cuenta sus efectos potencialmente duraderos en el microbioma intestinal y en el desarrollo de ciertas enfermedades.

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