Aunque en la mayoría de casos se utilizan los cigarrillos electrónicos para acabar con el hábito del tabaquismo, apoyado por la creencia de que estas nuevas formas de fumar son menos perjudiciales, distintos informes presentados durante la última edición del Congreso de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) de este año contradicen estas afirmaciones.

Por una parte, el consumo de cigarrillos electrónicos supone un aumento en el riesgo de desarrollar distintas enfermedades pulmonares y cardiorrespiratorias. Pero, como confirman distintos investigadores, este tipo de consumo tampoco ayudaría a abandonar el hábito tabáquico.

Con respecto al aumento de sufrir enfermedades relacionadas con el tabaco, los expertos advierten que los cigarrillos electrónicos se convierten en un importante factor a la hora de sufrir asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Además, el uso de estos cigarrillos por pacientes con EPOC, no solo no derivaría en que dejasen de fumar de forma progresiva, sino que también supone un aumento del riesgo de exacerbaciones y mayor frecuencia e intensidad de los síntomas de la enfermedad. A esto también se le añade una pérdida de función pulmonar mucho más elevada.

Por otro lado, además de aumentar los síntomas de enfermedades como EPOC, utilizar cigarrillos electrónicos también aumentan el riesgo de desarrollar otras patologías cardiovasculares, así como empeorar la calidad de vida de quienes ya las sufren.

No obstante, el peligro de estas nuevas formas de fumar, a las que se añaden también otras, como las pipas de agua, se encuentra, como aclaran los expertos, en la falsa introducción de estos consumos como “formas de fumar de bajo riesgo o con la incorporación de conceptos como reducción de daños”.