Para el 24 de marzo, Día Mundial de la Tuberculosis, expertos de 13 países distintos han participado en un informe que avisa de que la eliminación total de esta enfermedad, a nivel global, podría ser posible. Para reducir sus números, sin embargo, las inversiones en materia de investigación y prevención deberían superar los 8.800 millones de euros al año. Es decir, un aumento de 4.400 millones del presupuesto actual.

Se prevé que con este presupuesto los casos de tuberculosis habrán descendido hasta un 90% en la década de 2040 . Y los valores positivos de esta inversión no solo radican en la salvación de millones de personas, sino en una recuperación económica para muchas regiones del mundo que actualmente invierten cifras muy altas para el tratamiento de la enfermedad.

La tuberculosis se convirtió en una crisis de salud pública en 1993. Y en 2018, Naciones Unidas priorizó la erradicación de la enfermedad a nivel mundial, al buscar que se tratara a 40 millones de afectados y que se previniesen 30 millones de nuevos casos.

Para lograr que los datos de la ONU sean posibles entre 2018 y 2022, se aboga por una sanidad universal que garantice que todas las personas con tuberculosis activa dispongan de pruebas diagnósticas y tratamientos de alta calidad. Ya que en los últimos años un 35% de los casos de tuberculosis no se llegaban a diagnosticar ni a tratar.