El informe descubrió que los niños con trastorno de disfasia del desarrollo, que afecta a la capacidad de comunicarse y formar palabras, tenían más probabilidades de ser capaces de imitar las señales de comunicación en una sesión de terapia donde un perro estaba presente.

Los autores de la investigación observaron que los niños que participaban en una terapia con un perro parecían más abiertos a la comunicación.

Los niños también mostraron expresiones auténticas y naturales durante sus interacciones con el perro. "La presencia del perro mejora la relación con el terapeuta, ya que distrae a los niños del miedo a la terapia y les proporciona una forma de apoyo durante la práctica", explica la autora principal, Kristina Machová, de la Universidad Checa de Ciencias de la Vida en Praga.

En este estudio, los investigadores de la Universidad Checa llevaron a cabo un estudio aleatorio a largo plazo, con un grupo control y otro experimental, que incluyó a 69 niños de guardería (52 niños y 17 niñas) con diagnóstico de disfasia del desarrollo. El objetivo era comprender si la terapia del habla acompañada de un perro mejoraba los resultados.

Para ambos grupos, el examen inicial de cada niño implicó evaluar sus habilidades al inicio de la investigación, con un seguimiento programado para 10 meses más tarde. El grupo de control recibió terapia tradicional del habla, mientras que el grupo experimental tuvo sesiones de terapia con la asistencia de una perra sin pelo peruana de mediana edad llamada Ágata.

A pesar de los hallazgos prometedores de este estudio, los autores creen que se necesitarían más investigaciones para consolidar los hallazgos, especialmente aquellos que involucren a un grupo más grande de participantes. Sin embargo, sí coinciden en que existe un gran potencial en el enfoque para complementar y ayudar al enfoque convencional actual, ya que se ha descubierto que la terapia asistida por caninos es más efectiva que otras formas estándar en muchas otras disciplinas.

La disfasia del desarrollo, o el deterioro específico del habla, es un trastorno común por el cual los pacientes luchan por formular palabras verbalmente y se clasifican por debajo de su nivel intelectual no verbal. Mejorar las habilidades de comunicación en los pacientes podría ayudar a mejorar la calidad de vida, lo que respalda la financiación de más investigaciones en esta área.