Estudios anteriores han demostrado que las pacientes con este tipo de cáncer de mama, cuyo tumor desapareció por completo después de la quimioterapia, tienen más del 90% de probabilidad de lograr recuperarse. Sin embargo, aquellas mujeres con cáncer residual en el momento de la cirugía, tienen una probabilidad del 40-50% de que la enfermedad regrese, aunque el cáncer se elimine por completo en la cirugía.

Para la reciente investigación, dirigida por el profesor Peter Schmid de la Universidad Queen Mary (Londres), estudiaron los casos de 1.174 pacientes de 21 países con cáncer de seno triple negativo en el estadio II y estadio III, donde la enfermedad aún no se había extendido más allá del seno y los ganglios linfáticos.

Durante seis meses, dos tercios de las pacientes recibieron el mejor tratamiento de quimioterapia disponible más la inmunoterapia, y un tercio recibió quimioterapia más un placebo. Tras la cirugía, las pacientes continuaron recibiendo la inmunoterapia sola o el placebo.

De las pacientes con cáncer de mama triple negativo temprano que habían recibido el medicamento de inmunoterapia pembrolzumab, además de la quimioterapia estándar para reducir el tamaño de su tumor antes de la cirugía, el 65% no mostraban signos de cáncer después del tratamiento, en comparación con poco más del 51% de las pacientes que solo recibían quimioterapia.

Entre los pacientes que tomaron el placebo, el 51,2 % no tenía enfermedad residual en el seno antes de la cirugía, lo cual es un excelente resultado para el tratamiento estándar. Sin embargo, entre los pacientes que recibieron inmunoterapia, esto aumentó al 64,8%, un incremento de casi el 14%.

Por otro lado, a pesar de que ninguna de las mujeres involucradas en el ensayo contaba con la presencia de cánceres secundarios, algunas tenían cáncer en los ganglios linfáticos, lo que demuestra que la enfermedad estaba más avanzada. Estas pacientes suelen tener un mayor riesgo de recurrencia. Pero cuando en el ensayo recibían inmunoterapia, se producía un aumento aún mayor en los números que no tenían enfermedad después del tratamiento, un 20% más que quienes recibían el placebo.

Las pacientes del ensayo ahora están siendo seguidas para ver si estos resultados dan como resultado tasas de curación a lo largo plazo más altas. Aunque mayoría cuentan con poco más de un año tras la cirugía, los datos iniciales sugieren que quienes reciben inmunoterapia tienen menos probabilidades de recurrencia de la enfermedad.