Esta investigación es la más reciente en demostrar que la inteligencia artificial (IA) puede mejorar el diagnóstico del cáncer de mama, una enfermedad que afecta a una de cada 20 mujeres a nivel mundial.

Los radiólogos se equivocan en el 20% de los diagnósticos de este tipo de tumor, según la Sociedad Americana Contra el Cáncer, y la mitad de las mujeres que se hacen un examen en un periodo de 10 años tienen un falso positivo de la enfermedad.

A pesar de que se usan computadoras para mejorar el diagnóstico de cáncer desde hace décadas y que los sistemas de detección asistida por computadora (CAD) son comunes en las clínicas de mamografía, los actuales programas de CAD no han mejorado el rendimiento en la practica, puesto que están entrenados para identificar las señales que los radiólogos ya son capaces de ver.

Sin embargo, el nuevo sistema de inteligencia artificial de Google ha resultado ser una buena herramienta de trabajo para los radiólogos expertos en detectar cáncer de mama en base a mamografías, con una reducción significativa de errores.

El equipo de investigadores del Imperial College London y del Servicio Nacional de Salud de Reino Unido, quienes trabajaron junto con Google Health, inicialmente señalaron al sistema de IA de Google como eficaz para identificar cánceres en decenas de miles de mamografías.

Después, el grupo comparó las predicciones del sistema de IA con los resultados reales de un conjunto de 25.856 mamografías de Reino Unido y con 3.097 de Estados Unidos, y demostraron que la herramienta era capaz de detectar de forma correcta cánceres a partir de imágenes con un grado similar de precisión al de radiólogos expertos, además de tener una reducción del número de falsos positivos y falsos negativos.

Durante el estudio, los investigadores observaron que la forma de interpretar las mamografías era distinta en ambos países. Mientras que en Estados Unidos sólo un radiólogo interpreta los resultados y se repiten los exámenes cada año o cada dos, en Reino Unido la revisión es cada tres años y dos radiólogos, incluso tres, leen cada examen.

No obstante, el estudio tiene ciertas limitaciones debido a que la mayoría de las pruebas se realizaron con el mismo tipo de equipo de imágenes, y en el grupo de Estados Unidos muchos pacientes ya tenían el cáncer confirmado. Por lo que se necesitan más investigaciones para demostrar que esta herramienta mejora la atención al paciente, y la aprobación reglamentaria, lo que hace que se su implantación en las clínicas se pueda demorar varios años.