Aunque el trabajo está aún en sus primeras etapas y es un método que solo ha sido probado en un pequeño grupo de personas, sus hallazgos sugieren que las mascarillas N95, las quirúrgicas o de polipropileno y las de algodón hechas a mano pueden bloquear gran parte del aerosol que se produce cuando las personas hablamos.

Sin embargo, los pañuelos probablemente proporcionan poca protección, ya que los investigadores observaron que se expulsan más gotas a través de estos materiales, debido a que estos rompen las gotas más grandes al pasar por ellos.

Por lo que, los científicos señalan que las personas no expertas podrían construir y operar fácilmente esta configuración para evaluar las mascarillas a nivel comunitario, de manera que los fabricantes podrían utilizar el mismo método para optimizar sus diseños de mascarillas, y las organizaciones educativas y de extensión comunitaria podrían demostrar los procedimientos adecuados de ajuste de las máscaras.

Para evaluar la eficacia de los 14 tipos diferentes de mascarillas y demás revestimientos faciales, diseñaron un enfoque sencillo en el que un orador o, en algunos casos, cuatro personas usaban cada mascarilla mientras estaba de pie en un recinto oscuro. El orador pronunciaba la frase "manténganse sanos, gente" cinco veces en la dirección de un rayo láser que dispersaba la luz de las gotas liberadas durante el discurso.

De este modo, una cámara de un teléfono móvil consiguió grabar las gotas y un simple algoritmo de ordenador las contó.