La ciudad de San Francisco ha sido la primera en todo Estados Unidos en ilegalizar la distribución y venta de cigarrillos electrónicos. Esta medida, aprobada por unanimidad por parte del ayuntamiento, se basa en el atractivo de estos productos para los más pequeños.

Aunque la administración prohíbe el comercio de estos cigarrillos, no ocurre lo mismo con su consumo, que sigue permitido dentro del área de San Francisco. Por este motivo, gran parte de los detractores de la medida argumentan que los consumidores de estos productos van a continuar con su uso, puesto que irán a comprar recambios a otras ciudades cercanas.

Por otra parte, si bien desde el ayuntamiento se han apoyado en que “por cada adulto que utiliza cigarrillos electrónicos para dejar de fumar o reducir sus dosis de nicotina, docenas de niños empiezan a usarlos”, esta normativa entra en conflicto con la permisividad de las leyes de la ciudad en materia de venta de otros productos similares. Puesto que en San Francisco se permite la comercialización, tanto del tabaco, como de la marihuana, según la última ley que facilita su comercio en California.

Esta medida, no obstante, prohíbe la compra de estos productos dentro del territorio de San Francisco, a no ser que hayan sido aprobados por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos del Gobierno de EE.UU. Algo que de momento no ha llegado a ocurrir.

De esta forma, San Francisco se une a otras localidades que ya han comenzado a fomentar medidas más restrictivas con el uso y distribución de productos relacionados con el tabaco; como por ejemplo, el Ayuntamiento de Beverly Hills. Puesto que para 2021 prevé la eliminación de todos los cigarrillos y cigarrillos electrónicos, puros, tabaco de mascar, tabaco para pipa y demás productos relacionados, después de aprobar una ley que restringe su uso a establecimientos hoteleros.